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7 de agosto de 2009

Crítica: Imago Mortis


FICHA TÉCNICA

T. ORIGINAL: Imago Mortis
AÑO:2008
NACIONALIDAD:España-Italia
DIRECTOR:Stefano Bessoni
GUIÓN:Luis Alejandro Berdejo
MUSICA:Zacarías M. de la Riva
REPARTO:Geraldine Chaplin, Oona Chaplin, Alberto Amarilla, Leticia Dolera, Alex Angulo, Jun Ichikawa
PRODUCTORA: Coproducción Italia-España-Irlanda; Pixstar / Telecinco Cinema / Industrial Illusions Distribution / MiBAC / Film Commission Torino-Piemonte
GENERO: Terror/Suspense/Thriller Psicológico
WEB OFICIAL: www.imagomortis.es



ARGUMENTO


Imago Mortis nos traslada al Siglo XVII. El científico Girolamo Fumagalli, obsesionado con la idea de reproducir imágenes, depura una técnica que le permite recoger, gracias a un artefacto de manufactura propia, el tanatoscopio, la última imagen impresa en las retinas de los ojos de su víctima instantes antes de su muerte. Décadas después, en la actualidad, ese terrible ritual comienza a reproducirse en el interior de una escuela internacional de cine. ¿Qué se esconde detrás de todo ello? Co-producción italo-hispana escrita por uno de los guionistas de [REC].


TRAILER



CRÍTICA


Al terminar el pase de Imago Mortis cabe sólo preguntarse: ¿de qué va esta película? porque por más vueltas que le sigo dando al confuso argumento que se plasma en sus a veces muy inquietantes imágenes aún no me queda del todo claro...

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El equipo al completo: de izda. a derecha, Alberto Amarilla, Oona Chaplin, el director Bessoni,
Álex Angulo, Geraldine Chaplin y Leticia Dolera

Repasemos las bondades para no quedarnos solamente en los aspectos deficientes del film: por una parte la cuidada fotografía de Arnaldo Catinari nos transporta a un ambiente malsano, cargado de tonos sepia y amarillos enfermizos que sirven muy bien al ancestral marco de la escuela de cine, envidia de todos los alumnos de El Internado, al igual que la ambientación y el diseño de vestuario (a veces excesivamente gótico y sombrío, nos hace creer que vivimos una historia en el Howgrats Rowlingnesco más tenebroso), por no decir de la parafernalia al uso empleada para robar a los infortunados su último aliento y, de paso, su "instantánea ocular", el tanatoscopio (o "autopsiador", en un complicado juego de palabras).

En el aspecto formal destacar la partitura de Zacarias M. de la Riva, acertada en ciertos pasajes y desatinada en otros, pero siempre manteniendo un más que aceptable interés, desviándonos de los aspectos más funestos de una historia difícilmente comprensible...


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Dos escalofriantes momentos de Imago Mortis: el tanatoscopio en acción

El punto de partida de nuestro relato es cuanto menos sugerente, la obsesión del alquimista orate por capturar imágenes más allá de la muerte y el poder que ello conlleva, poder este más que dudoso, ya que lo que desvela en el argumento y en su posterior desenlace es poco, por no decir nada, perdiéndose lo que debía haber sido el eje central de la trama, mcguffin incluído (el tanatoscopio objeto de deseo por parte de todos los que anhelan su oscuro poder, con un claro regusto al Stivaletti de La Máscara de Cera) en una historia muy al estilo de la citada El Internado o sucedáneos de corte parecido, a lo que no ayuda la interpretación de su protagonista, Alberto Amarilla, excesivo en cada uno de sus planos, muy distinto de su interpretación en El Camino de los Ingleses. El resto del reparto correctísimo, una estupenda Leticia Dolera cada vez más a gusto participando en títulos de género (Prime Time y la próxima en estrenarse, EC]2 dan buena fe de ello), y los conocidos rostros de Álex Angulo y Geraldine Chaplin no consiguen levantar un hilo conductor construído de retazos inconexos, argumentos fantasmales deslabazados sin apenas continuidad y de una lentitud a veces exhasperante (y estamos hablando de una escasa hora y media de duración) que nos hace preguntarnos si el realizador no habrá bebido de la parsimonia de uno de sus mentores, el también ceremonioso hasta la naúsea Pupi Avati (aún me estremezco recordando su The Hideout padecido el pasado año en sesión nocturna en el festival Sitges, toda una invitación al sueño).


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Algunos de los diseños originales de Bessoni para el film

Y llegamos pues, o concluimos desembocando a un precipitado final de soluciones inconclusas y de misterios irresolutos que nos hacen pensar que fácilmente podemos perder hora y media de nuestra existencia. Pero bueno, siempre puede ser peor. Me quedaré eso sí con una faceta de Bessoni, su director, que me era desconocida, su destreza como ilustrador, más que notable, accesible a todos en su propio blog. Que lo disfruten.



Pedro Garcia

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