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16 de agosto de 2009

Crítica: Enemigos Publicos

FICHA TÉCNICA

T. ORIGINAL: Public Enemies
AÑO:2009
NACIONALIDAD: EEUU
DIRECTOR: Michael Mann
GUIÓN: Ronan Bennett, Michael Mann, Ann Biderman (a partir de un libro de Bryan Burrough)
MUSICA: Elliot Goldenthal
REPARTO:Johnny Depp, Cristian Bale, Marion Cotillard, Stephen Dorff, James Ruso, David Wenham
PRODUCTORA: Universal Pictures
GENERO: Drama




ARGUMENTO


En el Chicago de los años 30, el agente federal Melvin Purvis intenta dar caza el enemigo público nº1 de entonces: El asaltador de bancos John Dilinger.


TRAILER


CRÍTICA

Digamoslo claramente, el tráiler engaña, y mucho. Es un defecto de las productoras norteamericanas, un intento de vender un producto a cualquier precio a pesar de que el resultado real no coincide con el avance mostrado. Es importante reseñar esto porque lo que en un principio nos han intentado vender como un thriller deriva en su concepto mas rutilante en un drama romántico, algo que puede provocar en el espectador medio una sensación de astío y lentitud y derivar en frases como “no cuenta nada”.

Quiero dejar este aspecto claramente reflejado porque la última película de Michael Mann engaña mucho, muchísimo. Enemigos Publicos es una película de gangsters sí, tiene tiros y persecuciones sí, pero no como esperábamos. Y entender esto es fundamental para poder disfrutar y valorar en su justa medida una película que, si bien no se acerca ni de lejos a obras mayores como El Padrino, Erase Una Vez en America, Muerte Entre Las Flores o Scarface (incluyendo su apasionante remake El Precio Del Poder), si deriva en una encomiable película que merece mas de un visionado para comprender la propuesta tan arriesgada y anarquica que nos presenta el realizador de Heat. Una propuesta altamente cautivadora y arrebatadora, por momentos fascinante, que sirve de vehículo de lucimiento de Johnny Depp, actor al que la nominación al Oscar por esta obra no se la va a quitar nadie salvo sorpresa futura.

Un Johnny Depp que se convierte en la estrella de la función dando forma al legendario atracador de bancos John Dilinger, un personaje con cientos de sedimentos que desgrana el actor de manera mas que efectiva con su mirada y su sonrisa / no sonrisa. Puede parecer fácil pero no lo es, puede parecer sencillo, puede dar la sensación de estar recitando de memoria el texto sin ningún atisbo de emoción, pero precisamente en ello reside la clave de su interpretación, en no transmitir mediante palabras, sino mediante gestos, la mitología de un personaje que hace 80 años era considerado un héroe. Un personaje exquisitamente perfilado que tiene grandes momentos de gloria como el enérgico arranque del filme o el giro argumental, hacia el final que deriva en un climax que no es tal, en el que el actor se aleja de efectos dramáticos de cara a la galería y ofrece una contundente y seca puesta en escena interpretativa que hiela la sangre de tan realista que es.

Es una pena que en contraposición, el otro gran atractivo de la película, Christian Bale, deje todo su talento en el nombre del cartel. Cierto es que la película no está concebida para su lucimiento, pero su recreación del agente federal Melvin Purvis es absolutamente convencional y descafeinada, y si la comparamos por ejemplo con la interpretación de Marion Cotillard, que tiene menos minutos en pantalla que el actor británico, es evidente que la actriz francesa sabe darle mas energía y pasión a su personaje, sabe trabajarlo mas, y sabe aprovecharlo mejor.

Una actriz que a pesar de aparecer menos tiempo en pantalla, se convierte en el verdadero epicentro de la película. Y es que Enemigos Publicos no es la historia de John Dilinger, no es la historia de un ladrón que odiaba la violencia salvo casos absolutamente necesarios, es la historia de Billie Frechette, la novia de Dilinger, es parte de su vida contada através de la mirada de Johnny Depp, es la historia de ese amor tan complicado y difícil que hizo al histórico personaje cometer una serie de errores mortales.

Es por ello que al principio de la crítica decía que no es la película que muchos esperaban. A Michael Mann, no le interesa exponer con claridad unas cuantas persecuciones, que lo hace, y de manera absolutamente magistral, no le interesa volver a repetirse en los tiroteos de la citada Heat, que lo hace, y una vez mas de manera mas que brillante, a Mann lo que le interesa es profundizar en esa relación. Y si en otras películas, la historia de amor era la excusa para que el filme avance de A a B, en este caso es la acción la que complementa ese viaje y no alrevés como Hollywood nos ha acostumbrado. Y eso es lo que hace de Enemigos Publicos una película mas compleja de lo que a priori podría ser, y lo que la convierte en una producción tan atípica y deliciosa.


Respecto a la polémica sobre el empleo de cámaras digitales y su inusitado hiperrealismo, quisiera hacer un apunte, cierto es que en algunos tiroteos nocturnos, al igual que sucedía en la incomprendida Corrupción en Miami, la película cae en una inequivoca teatralidad. Sí, teatralidad, pero falsa teatralidad, hay que entender el sentido que le da Michael Mann al empleo de esas cámaras, que no es otro que acercar la crudeza de la vida al espectador, y es que mientras directores como Bay destacan lo maravilloso que es estrellar un avión contra dios sabe que mostrenco imposible haciendo de las explosiones un espectáculo pirotécnico, Mann prefiere convertirlo en efecto dramático y demostrar que los sueños que muestra Hollywood en sus superproducciones se reducen a eso, a sueños, y que matar a una persona no es tan hermoso como otros directores pretenden banalizar, sino la mayor de las vilezas del ser humano. Bajo esta perspectiva, me encantaría poder ver un filme bélico dirigido por este señor para que recuerde a las malditas naciones del mundo, y a esos jóvenes alienados por la espectacularidad de un F-22 Raptor volando entre los edificios de una gran ciudad, que la guerra no es una película de un estudio cinematográfico, sino una de las mayores aberraciones que se pueden escribir en la historia de la humanidad. Y por ello, servidor, se posiciona a favor del planteamiento de Mann en Enemigos Publicos y lo aplaude, porque un asesinato, venga de donde venga, jamás debe ser mostrado como algo hermoso y lúdico sino con el dramatismo que le corresponde, y eso es algo que pocos directores en el mundo saben hacerlo actualmente.

Dicho esto, y a modo de conclusión, el espectador que tenga intención de asistir a la proyección de esta película debe hacerlo libre de prejuicios, libre de imposiciones y abierto de mente, solo así podrá disfrutar de una obra que ofrece momentos tan intensos y emocionales que duelen el alma, y solo así se podrá juzgar una gran película que no merece ser criticada con dureza aunque no alcance el status de gran película. Recomendada.


Javier Moreno

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1 comentarios:

P.Garcia dijo...

Pues si ya tenía ganas de verla después de leer tu crítica estoy que salgo corriendo esta tarde!!!