FICHA TÉCNICA
T. ORIGINAL: The Human Centipede (First Sequence)
AÑO: 2009
NACIONALIDAD: Holanda
DIRECTOR: Tom Six
GUIÓN: Tom Six
MUSICA: Patrick Savage, Holeg Spies
REPARTO: Akihiro Kitamura, Dieter Laser, Andreas Leupold, Ashley C. Williams, Ashlynn Yennie
PRODUCTORA: Six Entertainment
GENERO: Terror
WEB OFICIAL:
ARGUMENTO
Dos chicas americanas y un japonés llegan a la casa de un médico que tiene una sala de operaciones en el sótano y un cartelito en la entrada donde pone "mi querido 3-perro". Este detalle es crucial: el doctor se dedicará a coser la boca de uno al culo del otro, creando así una especie de perro escatológico, pues todo lo que sale de un agujero entra por el otro.
TRAILER
CRÍTICA
Las imágenes que previamente habían circulado por internet prometían algo realmente salvaje, único y bizarro. El propio director, Tom Six, revelaba durante su presentación en el pasado festival de Sitges la polémica y el escándalo que acompañaban al filme tras su presentación en EEUU, donde mucha gente tuvo que salirse del cine, incapaz de soportar las imágenes que veían. Así mismo, aseguraban, esta no era una película para estómagos débiles, y que muchos curtidos en el gore se sentirían resentidos durante la proyección.
Bien, acabada la película, debo reflexionar profundamente sobre ello, y es que no se si la cena de aquel día llegó tarde para las horas a las que se exhibió o es que soy un enfermo mental al que ya nada asusta ni repugna, porque todo lo que auguraban tanto productora como director no se cumplió y el salvajismo que intentaron vendernos no fue para tanto, o al menos no para mí.
No es bueno levantar las expectativas de una audiencia tan experimentada como la de Sitges con afirmaciones tan osadas como esas, porque puedes caer en el error de decepcionar a una audiencia que, aunque no esté mentalmente enferma, si busca “disfrutar” con un espectáculo realmente desagradable, y seamos sinceros, desagradable es a ratos, pero más que por lo que se muestra, por lo que sugiere. Lo que no cabe ninguna duda es que nos encontramos ante una obra muy bizarra, en absoluto extraña, fácilmente comprensible pero altamente entretenida, engañosa en toda su amplitud, pero en líneas generales satisfactoria, cuya distribución en nuestras salas será nula.
La idea de partida es muy original y divertida, dos americanas pijas, émulas de Paris Hilton a la que te gustaría ver como son torturadas, se pierden en un bosque cuando el coche deja de funcionar, lo que da pie a la escena más descacharrante y gloriosa de toda la película cuando un viejo verde alemán se para al lado de ellas. Una vez el viejo se va, salen del coche, vagan por el bosque y llegan a la casa de un doctor especializado en separar siameses interpretado de manera memorable por Dieter Laser, una versión psicópata de Harry El Sucio, que ofrece los momentos más humorísticos de toda la película y que resulta siendo lo más delirante de esta película destinada exclusivamente al público más freak.
En la casa se encuentran con el infierno, el doctor está creando un ciempiés humano, secuestra a un japonés y comienza el proceso de conversión de la entidad aberrante, donde el humor más negro y salvaje se sucede y donde Laser lleva sin problemas el peso de esta historia tan malsana en su concepto pero tan infantil en su puesta en escena.
Es una lástima que ese descenso a los infiernos del trío protagonista no se enfatice con más sangre y vísceras, que al final es lo que se busca en una producción de estas características, pero es innegable que posee cierto ambiente enrarecido, desagradable pero en general tratado de manera cómica. ¿Acertado el tratamiento?, depende de cómo se mire, posiblemente una película más seria hubiera suprimido cualquier atisbo de interés en el material, pero por otra parte hubiéramos ganado en crueldad y sadismo. Lo que sí es una pena es que Six no busque un equilibrio que mantenga la tensión en el espectador y que corte esos momentos de angustia con las pinceladas de humor negro a borbotones que sobran a lo largo del metraje, porque lamentablemente, la inquietud por el futuro de los personajes, todos odiosos excepto el magistral interpretado por Laser (desde ya uno de los grandes psicópatas del cine), desaparece por la manía del realizador de sacar la constante carcajada del espectador, desconozco si consciente o inconscientemente, pero es una realidad, está ahí, y no podemos eludirla.
Al margen de eso, poco queda más que comentar sobre esta modesta producción holandesa que divertirá con matices a determinados espectadores y que sí, repugnará a aquellos neófitos dentro del cine de terror “extremo” pero que no terminará de contentar a los espectadores que buscaban ese más fuerte todavía que nos lo pasan por los labios pero no terminan de dárnoslo. En cualquier caso, aplaudamos esta simpática obra desde la distancia y sin juzgarla con dureza, al menos uno pasa un rato divertido, no es poco, y la película no pretende ofrecer mucho más.
Bien, acabada la película, debo reflexionar profundamente sobre ello, y es que no se si la cena de aquel día llegó tarde para las horas a las que se exhibió o es que soy un enfermo mental al que ya nada asusta ni repugna, porque todo lo que auguraban tanto productora como director no se cumplió y el salvajismo que intentaron vendernos no fue para tanto, o al menos no para mí.
No es bueno levantar las expectativas de una audiencia tan experimentada como la de Sitges con afirmaciones tan osadas como esas, porque puedes caer en el error de decepcionar a una audiencia que, aunque no esté mentalmente enferma, si busca “disfrutar” con un espectáculo realmente desagradable, y seamos sinceros, desagradable es a ratos, pero más que por lo que se muestra, por lo que sugiere. Lo que no cabe ninguna duda es que nos encontramos ante una obra muy bizarra, en absoluto extraña, fácilmente comprensible pero altamente entretenida, engañosa en toda su amplitud, pero en líneas generales satisfactoria, cuya distribución en nuestras salas será nula.
La idea de partida es muy original y divertida, dos americanas pijas, émulas de Paris Hilton a la que te gustaría ver como son torturadas, se pierden en un bosque cuando el coche deja de funcionar, lo que da pie a la escena más descacharrante y gloriosa de toda la película cuando un viejo verde alemán se para al lado de ellas. Una vez el viejo se va, salen del coche, vagan por el bosque y llegan a la casa de un doctor especializado en separar siameses interpretado de manera memorable por Dieter Laser, una versión psicópata de Harry El Sucio, que ofrece los momentos más humorísticos de toda la película y que resulta siendo lo más delirante de esta película destinada exclusivamente al público más freak.
En la casa se encuentran con el infierno, el doctor está creando un ciempiés humano, secuestra a un japonés y comienza el proceso de conversión de la entidad aberrante, donde el humor más negro y salvaje se sucede y donde Laser lleva sin problemas el peso de esta historia tan malsana en su concepto pero tan infantil en su puesta en escena.
Es una lástima que ese descenso a los infiernos del trío protagonista no se enfatice con más sangre y vísceras, que al final es lo que se busca en una producción de estas características, pero es innegable que posee cierto ambiente enrarecido, desagradable pero en general tratado de manera cómica. ¿Acertado el tratamiento?, depende de cómo se mire, posiblemente una película más seria hubiera suprimido cualquier atisbo de interés en el material, pero por otra parte hubiéramos ganado en crueldad y sadismo. Lo que sí es una pena es que Six no busque un equilibrio que mantenga la tensión en el espectador y que corte esos momentos de angustia con las pinceladas de humor negro a borbotones que sobran a lo largo del metraje, porque lamentablemente, la inquietud por el futuro de los personajes, todos odiosos excepto el magistral interpretado por Laser (desde ya uno de los grandes psicópatas del cine), desaparece por la manía del realizador de sacar la constante carcajada del espectador, desconozco si consciente o inconscientemente, pero es una realidad, está ahí, y no podemos eludirla.
Al margen de eso, poco queda más que comentar sobre esta modesta producción holandesa que divertirá con matices a determinados espectadores y que sí, repugnará a aquellos neófitos dentro del cine de terror “extremo” pero que no terminará de contentar a los espectadores que buscaban ese más fuerte todavía que nos lo pasan por los labios pero no terminan de dárnoslo. En cualquier caso, aplaudamos esta simpática obra desde la distancia y sin juzgarla con dureza, al menos uno pasa un rato divertido, no es poco, y la película no pretende ofrecer mucho más.
Javier Moreno
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