FICHA TÉCNICA
T. ORIGINAL: (500) Days of Summer
AÑO: 2009
NACIONALIDAD: EEUU
DIRECTOR: Marc Webb
GUIÓN: Scott Neustadter, Michael H. Weber
MUSICA: Mychael Danna, Rob Simonsen
REPARTO: Joseph Gordon-Levitt, Zooey Deschanel, Geoffrey Arend, Chloe Grace Moretz, Matthew Gray Gubler, Clark Gregg, Patricia Belcher, Rachel Boston, Minka Kelly, Charles Walker
PRODUCTORA: Fox Searchlight Pictures
GENERO: Comedia Romantica.
ARGUMENTO
El protagonista de la película es Gordon-Lewit (Tom), un joven que se enamora perdidamente de una chica (Zooey Deschanel). Lamentablemente para él, ella no cree en el amor...
TRAILER
CRÍTICA
Chico conoce chica. Chico se enamora de la chica. Y aquí acaba cualquier paralelismo con la clásica comedia romántica a la que Hollywood nos tiene acostumbrados. Porque 500 Días Juntos, es una comedia romántica sí, pero una comedia romántica atípica.
Nunca he sido partidario de este género más allá de los clásicos de Billy Wilder y de obras más recientes como Algo Para Recordar, por eso me produce un cosquilleo penetrante encontrarme con una producción tan diferente que derrumba los convencionalismos del género mediante una historia tópica que se desvela grandilocuente, rompedora y sensible a medida que pasan los minutos.
Porque 500 Días Juntos no nos habla de cómo surge el amor entre un hombre y una mujer, nos habla de porqué no funciona esa relación, y nos lo dicen desde el principio. Resulta arriesgado comenzar una película desvelando el final, pero ahí está su gran logro, darnos el postre de la función desde el principio para luego ir ofreciéndonos el resto de platos que le preceden, y lo hace de manera original.
Mediante continuos flashbacks y flashfowards, Marc Webb nos desmenuza cautelosamente pero sin ningún tipo de engaños la hermosa pero al mismo tiempo complicada relación amorosa entre Tom y Summer. Dos personajes completamente opuestos, con un sentido de la vida único y una visión del amor absolutamente antagónicas que terminan por deconstruir el mito de un sentimiento tan humano.
Y lo hace con profundidad, sin movimientos tramposos, con sinceridad, sin engañar al espectador y de una manera tan natural que duele. No le cuesta al director pasar de la comedia más entrañable al drama más lacrimógeno sin que por ello el conjunto se resienta, y eso es algo muy difícil en un género tan propicio a caer en banalidades que poco o nada aportan al argumento general del filme.
Cuanto odio pero amor hay guardado en el guión, que maneja algunas perlas impecables dentro de este mar tan trillado y que no guarda sorpresas mayúsculas pero que resulta entrañable y por momentos brillante.
La calidad que el realizador atesora se manifiesta desde los títulos de crédito, donde demuestra que sabe manejar el material que tiene entre manos, y lo más importante, sabe dirigir a dos actores, Joseph Gordon-Levitt y Zoey Deschannel que están más impecables que nunca y que confirman una vez más su talento a pesar de los traspiés que han dado en el cine más comercial (GI JOE él, El Incidente ella). Un talento que sería justo ser reconocido mediante las oportunas nominaciones al Oscar, nominaciones más que justas y necesarias para reconocer la enorme labor que realizan, una labor de actores clásicos, de conocimiento mútuo, que se reproduce en la pantalla con una química tan desbordada y desbordante, que convierten cada plano que comparten en un halo de realidad ilimitada.
Pero sería injusto no citar al excelente reparto de secundarios que los acompañan, especialmente la niña Chloe Moretz, una especie de psicóloga que nos regala algunos de los momentos más divertidos del filme.
No nos engañemos, esta no es una historia para reírse a carcajada limpia, tampoco es una historia que busque sacar los kleenex a las primeras de cambio, esta es una historia, para sentirla, una historia que acaricia tu piel y se queda en la memoria como un pequeño goce intemporal. Esta es una película independiente que a uno le hace recuperar la fe en ese cine que tiene algo que contarnos, pero principalmente, que tiene algo que transmitirnos, porque lo que transmite 500 Días Juntos, hacía años que no lo transmitía una película de similares características.
Es por ello que debemos concluir que estamos ante una de las obras más sensibles y refrescantes del año, una de las mejores películas del 2009, que con justicia enamoró en el festival de Sundance, una pequeña revelación que debe ser degustada como las grandes películas, con pasión, con paciencia y sobre todo con amor, porque 500 Días Juntos es la comedia romántica que necesitábamos. Una pequeña maravilla que se engancha en el corazón para no soltarlo. Lo dicho, una de las 10 mejores películas del año. Imprescindible.
Nunca he sido partidario de este género más allá de los clásicos de Billy Wilder y de obras más recientes como Algo Para Recordar, por eso me produce un cosquilleo penetrante encontrarme con una producción tan diferente que derrumba los convencionalismos del género mediante una historia tópica que se desvela grandilocuente, rompedora y sensible a medida que pasan los minutos.
Porque 500 Días Juntos no nos habla de cómo surge el amor entre un hombre y una mujer, nos habla de porqué no funciona esa relación, y nos lo dicen desde el principio. Resulta arriesgado comenzar una película desvelando el final, pero ahí está su gran logro, darnos el postre de la función desde el principio para luego ir ofreciéndonos el resto de platos que le preceden, y lo hace de manera original.
Mediante continuos flashbacks y flashfowards, Marc Webb nos desmenuza cautelosamente pero sin ningún tipo de engaños la hermosa pero al mismo tiempo complicada relación amorosa entre Tom y Summer. Dos personajes completamente opuestos, con un sentido de la vida único y una visión del amor absolutamente antagónicas que terminan por deconstruir el mito de un sentimiento tan humano.
Y lo hace con profundidad, sin movimientos tramposos, con sinceridad, sin engañar al espectador y de una manera tan natural que duele. No le cuesta al director pasar de la comedia más entrañable al drama más lacrimógeno sin que por ello el conjunto se resienta, y eso es algo muy difícil en un género tan propicio a caer en banalidades que poco o nada aportan al argumento general del filme.
Cuanto odio pero amor hay guardado en el guión, que maneja algunas perlas impecables dentro de este mar tan trillado y que no guarda sorpresas mayúsculas pero que resulta entrañable y por momentos brillante.
La calidad que el realizador atesora se manifiesta desde los títulos de crédito, donde demuestra que sabe manejar el material que tiene entre manos, y lo más importante, sabe dirigir a dos actores, Joseph Gordon-Levitt y Zoey Deschannel que están más impecables que nunca y que confirman una vez más su talento a pesar de los traspiés que han dado en el cine más comercial (GI JOE él, El Incidente ella). Un talento que sería justo ser reconocido mediante las oportunas nominaciones al Oscar, nominaciones más que justas y necesarias para reconocer la enorme labor que realizan, una labor de actores clásicos, de conocimiento mútuo, que se reproduce en la pantalla con una química tan desbordada y desbordante, que convierten cada plano que comparten en un halo de realidad ilimitada.
Pero sería injusto no citar al excelente reparto de secundarios que los acompañan, especialmente la niña Chloe Moretz, una especie de psicóloga que nos regala algunos de los momentos más divertidos del filme.
No nos engañemos, esta no es una historia para reírse a carcajada limpia, tampoco es una historia que busque sacar los kleenex a las primeras de cambio, esta es una historia, para sentirla, una historia que acaricia tu piel y se queda en la memoria como un pequeño goce intemporal. Esta es una película independiente que a uno le hace recuperar la fe en ese cine que tiene algo que contarnos, pero principalmente, que tiene algo que transmitirnos, porque lo que transmite 500 Días Juntos, hacía años que no lo transmitía una película de similares características.
Es por ello que debemos concluir que estamos ante una de las obras más sensibles y refrescantes del año, una de las mejores películas del 2009, que con justicia enamoró en el festival de Sundance, una pequeña revelación que debe ser degustada como las grandes películas, con pasión, con paciencia y sobre todo con amor, porque 500 Días Juntos es la comedia romántica que necesitábamos. Una pequeña maravilla que se engancha en el corazón para no soltarlo. Lo dicho, una de las 10 mejores películas del año. Imprescindible.
Javier Moreno
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