Cuando Kate (Vera Farmiga) y John Coleman (Peter Sarsgaard) pierden al bebé que estaban esperando, todo se derrumba a su alrededor. Su matrimonio se tambalea y la mente de Kate se llena de pesadillas, miedos y temores. Para intentar recuperar la normalidad, la pareja se dirige a un orfanato local con la intención de adoptar a un niño. Allí se sienten enigmáticamente atraídos por una niña de rostro angelical llamada Esther (Isabelle Fuhrman). Pero las cosas se tuercen tras la llegada de la muchacha a la casa de los Coleman, donde empiezan a ocurrir cosas extrañas. Cuando Kate empieza a darse cuenta de que Esther esconde un terrible secreto, intentará descubrir qué es, pero quizá sea demasiado tarde...
Después de brindarnos uno de los homicidios más aplaudidos dentro del género (la violenta acción felatoria inflingida a Paris Hilton en su ópera prima La Casa de Cera es digna de altar), Collet-Serra, de la mano de su productor Joel Silver para la Dark Castle (comandada por Sarah Downey, esposísima del omnipresente Iron Man), nos sumerge una vez más en las tramas truculentas con un producto, La Huérfana, que a pesar de su título se distancia mucho del dramón a lo Oliver Twist (de seguro Charles Dickens huiría aterrorizado ante la maquiavélica niña protagonista del film) para adentrarse con notable acierto en el terreno del thriller de tintes psicológicos con uno de los mejores y más inesperados giros de guión de los últimos años, con una historia que se eleva por méritos propios por encima de la media.
Con un buen pulso narrativo y una perfecta dosificación de la creciente tensión en el desarrollo de la narración (salvo un inicio bastante convencional con "susto" innecesario incluido que podría predecir lo peor), Serra nos presenta a la ejemplar y angelical Esther (la televisiva Isabelle Fuhrman), un dechado de virtudes y madurez para su edad que cualquier padre dispuesto desearía tener como hija. Y dicho y hecho, unos afligidos Kate y John, conmocionados por la pérdida de su esperado embarazo, deciden que han encontrado a quien prodigar su cariño...
Craso error por su parte, como cabía esperar. Pronto se percatan que alrededor de Esther se suceden extraños "accidentes" que hacen recaer las sospechas sobre ella. Y es que el trabajo con el personaje de la pequeña Isabelle es sencillamente redondo, conformando un memorable enfant terrible a la altura del demoniaco Damien de la saga La Profecia o el Culkin de El Buen Hijo (con todo lo limitado que el niño Macaulay tiene de actor).
Testigo de sus desmanes encontramos a la pequeña de los Max (Aryana Engineer), suerte de la Madeleine Carroll de los hitchcocknianos 39 escalones, contrapunto y protegida de Esther, aterrorizada cómplice de sus maldades y en última instancia víctima de ellas (al igual que Elijah Wood en la película que protagonizase el insoportable niño de Solo en Casa), impotente en su mutismo (al igual que vive su invalidez sensorial en la vida real), haciéndonos partícipes en todo momento de su angustia, padeciendo con ella el mal de su hermanastra e introduciéndonos como espectadores en su difícil situación, adquiriendo el rol que nosotros mismos jugaríamos de encontrarnos en su tesitura.
Añadamos el conflicto de unos padres compungidos por el dolor que acogen en su seno familiar a la adorable infante, y nos sumergimos en su dilema: conocer que algo ocurre con la recién llegada, algo que rompe completamente con sus esquemas establecidos (al igual que los adultos de la genial obra de Narciso Ibañez Serrador ¿Quién puede matar a un niño? o la regular adaptación del relato de Stephen King Los Chicos del Maíz), pasando de la negación y la incredulidad inicial a la catársis final. Una hermosísima Vera Farmiga, estupenda madre atormentada primero y enloquecida más tarde; un comedido Sarsgaard que pasa de sus habituales inquietantes registros (Pena de Muerte, Plan de vuelo: Desaparecida) conformando el papel de marido comprensivo soporte de una desquiciada esposa (recordando al paciente hasta el extremo Rufus Sewell en ese engendro que fuese la belga y tremendamente absurda Vinyan, hija putativa según su realizador de la hispana de Ibánez Serrador), hasta llegar a un sorprendente clímax final que de seguro no se borrará fácilmente de vuestra memoria.
Y es que nada es convencional en esta mezcolanza de referencias que traen al recuerdo títulos, además de los ya mencionados, como La Mala Semilla (Bad Seed, Melvin LeRoy) con su protagonista, infante calculadora de malignidad manipuladora (de hecho el guionista David Johnson se declara admirador confeso de este film desde su época de estudiante); Los Otros (Alejandro Amenábar), con la perturbadora presencia infantil siempre bajo sospecha, deudora del relato de Henry James Otra vuelta de Tuerca; ó, aventurándonos un tanto y sin temor a equivocarnos, a la Lolita de Nabokov llevada al cine por Kubrick (obviando la torpe revisitación del decadente Adrian Lyne), por citar varios ejemplos.
Cómo apunte final, la polémica suscitada en los EEUU por numerosas organizaciones vinculadas al proceso de adopción (al extremo de provocar un semi-boicot a su estreno en salas y que hizo pronunciarse a la máxima responsable, la Warner, al respecto, incluso eliminando una polémica frase de los trailers promocionales, "debe de ser difícil querer a un niño adoptado tanto como a uno propio"), por un título que calentará motores en la presente edición del festival de Sitges con, predecimos, una estupenda aceptación por parte del público asistente.
En resumen un inteligente thriller, con un guión que pudiese parecer previsible pero que en absoluto lo es, una historia que os recomendamos encarecidamente, de lo más sugerente e inquietante, buena muestra de que el ingenio y un buen guión es bastante más edificante que todos los efectismos con los que solemos toparnos últimamente. Eso sí, absténganse padres primerizos o aquellos que tengan en mente adoptar en próximas fechas (no tengan en cuenta litigantes abogados este último comentario).
Sólo al salir de la sala conoceréis la escondida verdad de Esther, pero hasta entonces os quedará la duda... ¿Qué secreto esconde La Huérfana?
