FICHA TÉCNICA
T. ORIGINAL: [•REC]²
AÑO: 2009
NACIONALIDAD: España
DIRECTOR: Jaume Balagueró, Paco Plaza
GUIÓN: Jaume Balagueró, Manu Díez, Paco Plaza
MUSICA: Varios
REPARTO: Manuela Velasco, Óscar Zafra, Juli Fàbregas, Javier Botet, Ferrán Terraza
PRODUCTORA: Filmax
GENERO: Terror.
ARGUMENTO
El objetivo de esta segunda parte, según los propios directores, es dar respuesta a pequeños enigmas que habían quedado abiertos en la primera. Sus responsables no han querido desvelar las claves del argumento, aunque se ha confirmado que la historia arranca 15 minutos después del desenlace de la primera parte.
TRAILER
FICHA TÉCNICA
T. ORIGINAL: Carriers
AÑO: 2009
NACIONALIDAD: EEUU
DIRECTOR: Àlex Pastor, David Pastor
GUIÓN: Àlex Pastor, David Pastor
MUSICA: Peter Nashel
REPARTO: Chris Pine, Piper Perabo, Lou Taylor Pucci, Emily VanCamp, Christopher Meloni, Dylan Kenin, Dale Malley
PRODUCTORA: Ivy Boy Productions / This Is That Productions / Paramount Vantage / Likely Story
GENERO: Terror. Drama
ARGUMENTO
Un virus terriblemente mortal se ha extendido por toda la Tierra aniquilando a la mayor parte de la población. Cuatro jóvenes, que todavía no han sido infectados, se dirigen a una apartada playa del Golfo de México con la intención de refugiarse hasta que pase la epidemia. Su principal temor es encontrarse en su camino con otros humanos que les puedan contagiar. Así, cuando su coche se estropea en una carretera aislada, empezará una desesperada lucha por la supervivencia en la que no sólo deberán enfrentarse a niños infectados, médicos homicidas o saqueadores sin escrúpulos sino, sobre todo, a la creciente desconfianza que surge entre ellos...
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CRÍTICA
Dos pares de realizadores españoles. Dos títulos de género. Un virus letal que amenaza y diezma a la Humanidad sin remisión. Dos películas que coinciden en nuestras pantallas tras su afortunado paso por el Festival Internacional de Cine Fantástico de Sitges 2009. Hoy, programa doble: la secuela de uno de los éxitos del cine comercial patrio de hace dos temporadas y la ópera prima en largo de dos hermanos que decidieron hacer las américas para, después de su periodo de formación y un exitoso corto (La ruta natural, ganador en Sundance en el año 2005) dirigir su primer largo.
La historia del tándem Balagueró-Plaza retoma la acción breves instantes después de los hechos acontecidos en la primera entrega. Un equipo de GEOS comandados por un supuesto técnico de sanidad se personan en el sitiado edificio para intentar desalojar a los supervivientes de la amenaza biológica y descubrir cuál es el peligro real que ha desencadenado la situación de emergencia allí declarada. Pero pronto descubrirán que su dispositivo de rescate tiene un objetivo más allá de lo imaginable...
Cuando viese y experimentase hará un par de años el fenómeno que supuso la creación de estos dos inteligentes realizadores sinceramente comprendí a duras penas la reacción extrema de integristas del fantástico que aclamaban a aquella película como la panacea, la piedra rosetta de la originalidad en el género. Señores, no se dejen llevar por el hype del momento y llamemos a las cosas por su nombre. La apuesta de Jaume y Plaza fue por un formato distinto, una acción en primera persona, una planificación "improvisada" y un ritmo frenético en una historia que bebía de fuentes tan dispares como La Noche de los Muertos Vivientes, 28 días después y El proyecto de la Bruja de Blair, por citar algunos ejemplos (y evito meterme en jardines tan sólo mencionando un título, Mulberry St., producción un año más joven que la española y con numerosísimas similitudes con ésta).
Pues bien, tras la tibieza con la que personalmente acogí la raíz de la epidemia vírica me enfrento a su secuela en la oscuridad de la sala del cine cercano a mi residencia (la seguridad del hogar preservó mi integridad al visionar la primera parte). Más de lo mismo, pensaréis. Y en parte sí, la formula se repite, pero la colaboración de ambos directores se traduce en una reinvención del planteamiento: ya no tenemos un único punto de vista, sino que la alternancia de cámaras individuales nos dan una dimensión más completa (y compleja) de la acción (a veces dando la sensación de estar dentro de un survival shooter en primera persona); la trama cierra claves que en un principio se adivinaban pero se presentaban inconclusas (el misterio de la Niña Medeiros y la Iglesia de por medio, la reaparición de Ángela, la aguerrida reportera que habíamos dado por muerta al final del primer REC) e introduce nuevos e inquietantes factores que podrían dejar abierta la puerta a una nueva entrega (pese a las declaraciones de Plaza que hasta en lengua sajona descarta secuela posterior). La frescura y la espontaneidad anterior se pierden (los planos accidentales son más medidos, mejor iluminados, nada se deja ahora al azar), pero sobre todo se percibe una complicidad y unas tremendas ganas de divertirse en todo momento, ya sea con las múltiples referencias a clásicos como El Exorcista (Friedkin es un referente continuo para ambos), Alien e incluso toques del Principe de las Tinieblas o La Cosa de Carpenter asoman en algún momento en pantalla, o bien con sus respectivos cameos como integrantes de la horda de infectados.
Habrá desde luego comentarios de todo tipo, principalmente los que apunten a que los nuevos derroteros argumentales desvirtúan y corrompen la esencia original del film, pero este servidor ha disfrutado de lo lindo con un producto que, a priori, podría haber resultado más previsible que el hundimiento del mega-transantlántico en Titánic, y a pesar de sus deficiencias (la introducción de un segundo grupo de jóvenes infiltrados comandados por un bombero preocupado por los compañeros que penetraron en el edificio anteriormente, con una interpretación excesivamente exagerada por parte de los tres adolescentes) consigue su objetivo: aterrorizar y sorprender a partes iguales, y eso, hoy por hoy, es ya mucho.
¿Qué hay del largo de los hermanos Pastor? Con una estupenda factura formal, sobre todo gracias a la cuidada fotografía de Benoît Debie (habitual de Gaspar Noé), los hados del destino se ceban perniciosamente con estas dos parejas de chicos guapos que se ven afectados por una horrible pandemia que asola al género humano diezmándolo hasta su extinción sin posible remisión. Todo paso en falso que contravenga su código de supervivencia supone el peor de los destinos. Decisiones transcendentales habrán de tomar para salvaguardar su integridad, la lucha por mantenerse con vida y evitar el contagio les hará afrontar situaciones fuera de toda ética conocida y respetada anteriormente. Ese es el debate que estos hermanos ponen sobre la mesa, aprovechando la circunstancia de la enorme alarma social a nivel mundial de los virulentos brotes de gripe de todos los colores habidos y por haber, trasladando el dilema a esos otros dos hermanos, Danny y Brian, cuyo único objetivo es alcanzar su destino, aquella playa donde de niños jugaban despreocupados, sin problemas, ni preocupaciones, su "rincón secreto", su brubuja protectora y aséptica, libre de mal, libre de infección.
No obstante ya por la elección de sus protagonistas (un ahora conocido Chris Pine, nuevo Kirk en la reinterpretación que de Star Trek realizase el Midas J.J.Abrahams, como protagonista que cumple sin demasiado esfuerzo) con los que todo intento de empatía es dificultoso (todos y cada uno de los fatales descubrimientos infecciosos que debían haber calado mucho más hondo en nuestro ánimo apenas lo mellan), o bien por el transcurso de la historia (demasiado plana, sin riesgos, sin demasiadas implicaciones, ya no solo afectivas, sino morales), la sensación después de haber terminado de ver la película es comparable a la de haber degustado un plato bajo en sales: falta sabor. La asepsia con la que los protagonistas tratan todo objeto susceptible de estar infectado se traslada al resultado final de una cinta que, por otro lado, no llega en ningún momento a aburrir, pero que deja, sin embargo, hambre de mucho más. Aunque debidamente desinfectado...
Pedro García
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