Crítica: Jennifer's Body De Posesiones Diabólicas y otras Hormonas


FICHA TÉCNICA

T. ORIGINAL: Jennifer's Body
AÑO: 2009

NACIONALIDAD: EEUU
DIRECTOR: Karyn Kusama
GUIÓN: Diablo Cody
MUSICA: Theodore Shapiro
REPARTO: Megan Fox, Amanda Seyfried, Adam Brody, Johnny Simmons, J.K. Simmons, Amy Sedaris, Chris Pratt, Kyle Gallner, Josh Emerson, Juno Ruddell, Nicole Leduc
PRODUCTORA: 20th Century-Fox / Fox Atomic
GENERO: Terror. Thriller.
WEB OFICIAL: www.jennifersbody.com/

ARGUMENTO

Una sexy cheerleader poseída comienza a asesinar a sus compañeros de clase. Jennifer Check (Megan Fox) es la nueva estrella de las cheerleaders de un instituto de Minnesota, en una zona rural y aparentemente tranquila. Pero Jennifer será poseída por unas fuerzas extrañas y malévolas que la impulsarán a asesinar a todos sus compañeros de clase, principalmente a todos los chicos que quieren ligar con ella....

TRAILER

CRÍTICA

Blogger, stripper durante un año, escritora y guionista ganadora del Oscar de la Academia por su escritura en Juno (2007). Diablo Cody, aka Brook Busey, construye aqui una historia sobre adolescentes, pero la cuestión a tratar difiere bastante de la que en aquella ocasión le valiese el codiciado galardón.

Jennifer, adolescente, animadora y con un cuerpo de escándalo (gancho para la algarada de público al que la combinación sexo-terror le es suficiente para acudir en masas a la sala), una buena noche decide irse con su mejor amiga Needy (Amanda Seyfried), quien rinde una estrecha pleitesía y admiración casi enfermiza por ella, a tomar unas copas al local de moda de la localidad (Devil's Kettle, o el Hervidero del Diablo, bonito nombre para lo que se les avecina). La provocativa pero virgen animadora después de un trágico incendio y pese la advertencia de la celosa Needy, corre a los brazos del guaperas de turno, cantante de rock para más inri. De regreso al hogar ésta se encontrará con Jenny, que ha adquirido un extraño hábito: devorar a todo miembro masculino que se cruza en su camino...

Podríamos recopilar una serie de títulos que nos trae al recuerdo esta Jennifer's. Por un lado en la tradición de films con la venganza como leitmotif (de la escuela de los 70 y la oleada de historias de "rape and revenge" surgidas desde aquel entonces) nos viene a la memoria La Violencia del Sexo, en la que una profesora tras mudarse al pueblo de turno es víctima de las vejaciones de sus paletos vecinos, o Impacto Súbito, en la que el Sucio Callahan investiga el caso de una vengadora que persigue a los violadores de su hermana menor, al igual que pudimos ver en la reciente y fallida WAZ, donde una siempre atractiva Selma Blair imparte justicia al estilo Talión. Y de haber continuado por esos derroteros seguramente estaríamos ante algo mucho más interesante de lo que, finalmente, nos ofrece el guión.

Jugando, al menos se puede interpretar así tras una segunda lectura, con los cambios que una adolescente experimenta a la luz de su despertar sexual (no todas son tan traumáticas como la de nuestra maciza cheerleader), Cody construye con menos ironía que la que emplease en Juno un relato de los estadíos de nuestra protagonista, siempre desde la óptica de nuestra narradora Needy, virgen aún, celosa de la transformación a la sexualidad de su deseada (hasta el punto de la carnalidad lésbica como se descubre en cierto pasaje de la historia, que también obedece al grado de confusión e incertidumbre provocada por la revolución hormonal propia de esas edades). Van Hellsing moral con faldas, decidida a impedir los desmanes de su compañera y aplacar sus apetitos (de toda índole), acabando con su maldición y su estigma... Esquema que se repite, la virtud es bondad, la promiscuidad es demonio, y se debe castigar erradicándola. Tan simple como eficaz, y si no que se lo pregunten al maestro Carpenter cuando en 1978 gestase al adalid de la virtud por excelencia, Miguelito Myers.

Y es aquí cuando podríamos elevar nuestra petición a Kusama y compañía: ¿tanto os habría costado revisar la interesante Ginger Snaps (John Fawcett, 2000)? Porque los paralelismos con aquella y la que hoy sacamos a la palestra son evidentes: la transformación a la adolescencia, el despertar sexual, la estrecha relación entre las dos hermanas (aquí amiguísimas), pero entidades sobrenaturales a un lado, algo fundamental hace que la distancia entre ambos films sea abismal: sus personajes.

En efecto, los especímenes que minuto tras minuto pululan por la pantalla son meros arquetipos: tenemos al pijo popular, al inadaptado gótico, está el fortachón jugador de rugby, todos ellos personajes que se presentan desde la más desidiosa de las superficialidades cara al body-count posterior a manos (o bocados) de nuestra hambrienta Megan, suerte de "súcubo" seductor, voraz feminista de implacable estilo, mantis religiosa de corta minifalda y odiosa vocecilla nasal (que flaco favor te hace la versión original, guapa).

De virginal animadora a demoniaca seductora, Megan Fox, monumento al onanismo adolescente

Y es que a diferencia de la Sil (Natasha Henstridge) de Species (Roger Donaldson, 1995) no se adivina ningún tipo de propósito tras el maligno comportamiento del ente que posee a la bella (que caray, ¿el mal necesita justificación), convirtiéndose todo el planteamiento, forzado final incluido, en un refrito de Buffy Cazavampiros y Sobrenatural, con aderezo de American Pie incluído, pero no de sus bondades sino de sus peores defectos.

Es por ello que este injerto, mezcolanza de tendencias se queda en un intento vacío e intrascendente, olvidable a medida en que se va consumiendo, otro producto fast food made in USA que, al igual que la perniciosa San Valentin Sangriento 3D, compone esa galería interminable de películas que amenazan con invadir la taquilla generación tras generación, acicate para la descarga despiadada en la red (cada vez serán menos los que estén dispuestos a pagar por este tipo de productos).

En resumen, el único aliciente que puede tener este Jennifer's Body es observar las evoluciones de la señorita Fox en pantalla. Suerte de pin-up, salvapantallas sexy por excelencia, protagonista de los sueños húmedos de más de uno, una breve advertencia para hormonautas: no esperéis ver más que lo que se podía advertir en las famosas fotos robadas del rodaje, porque no lo hay... Dicho esto y tras cargarme toda posibilidad de llevarme cualquier tipo de dádiva de su distribuidora en España, me despido hasta la próxima. Nos vemos en las salas.

Pedro García