Puede resultarle una osadía a más de uno, quizás incluso un insulto o aberración desquiciante que una película del 2008, estrenada hace pocos meses en nuestros cines, aparezca en una sección de cine de culto.
Bien, podría dar cientos de motivos para hacerlo, pero me quedo especialmente con uno: hay películas que cuando las ves, sabes que te has encontrado con algo especial, con una obra imperecedera, con un material que superará los umbrales del tiempo, con una película que será estudiada y admirada por las futuras generaciones. Y cuando te encuentras con una obra de estas características… ¿realmente hace falta esperar 40 años para ponerla en el lugar que se merece?, la respuesta es NO.
Debo confesar sin ningún tipo de pudor, que cuando escuché hablar por primera vez de Déjame Entrar, lo primero que hice fue ignorarla injustamente, el argumento, que hablaba del amor entre dos niños, uno vampiro y otro humano me causaba fobia cinéfila. Quizás no supieron describirla bien o quizás no supe ver más allá de todas las multireferencias cinematográficas que me vinieron a la cabeza. Pero de pronto comenzó a cosechar premios y mas premios, y dije… aquí tiene que haber algo más que una simple historia entre una vampira y un niño. Nunca me he guiado por los premios de una película para verla, principalmente porque los considero injustos, pero aquello no era normal, hice búsquedas en inglés en google, opiniones de gente que la había visto, me encontré de todo: aburrida, excelente, no es para tanto…. Bien, pensé, indiferente no deja. Mi curiosidad ya había despertado y tenía una corazonada: Aquella película no era una película de vampiros más.
La vi un sábado por la noche a principios de enero, junto a una persona muy especial para mí, ella desde su casa, yo desde la mía, 105 minutos después, escribí una acelerada crítica para Las Horas Perdidas, compañeros para los que había colaborado en alguna otra ocasión, se la envié a Mary Carmen Rodríguez y le dije… “tienes que verla”, y la comenté con esa persona especial que la vio mientras yo la veía, intercambiamos impresiones, aquello superaba lo que jamás habíamos esperado.
No quedé satisfecho con la crítica que envié a Mary Carmen Rodríguez (y aprovecho para felicitarla por el impecable seguimiento que hace de la Mostra de Venecia desde su web), escribí 24 horas después, otra que intentara sintetizar aquello que no había sido capaz de explicar en la primera crítica, le dije… “olvídate de la otra, esta es la crítica de verdad”. En aquel segundo texto escribí “Y aquí me encuentro ahora, delante de un portátil, mientras suena la banda sonora de Blade Runner y con un Jack Daniels y un cigarro encendido intentando describir las sensaciones que una sencilla historia entre un niño solitario llamado Oskar y una niña vampira llamada Eli me han transmitido. Y para ser sinceros, sigue siendo igual de jodido.”. Le dí un 10 a la película, nota que tuvo sus detractores y sus defensores.
Pasan 9 meses y la película no me la quito de la cabeza, la banda sonora suena en mi mp3 durante todo el día. Decido publicar la noticia de la edición en dvd de la película por parte de Karma Films el próximo 30 de Septiembre y pienso… ¿Por qué no volver a rehacer la crítica?, ¿Por qué no introducirla como película de culto en The Lost View?, le dije a mi compañero Pedro García… “¿Para ti es una película de culto?”, respondió con un sí, y decidí tirar hacia adelante. Porque aquellos 105 minutos merecían otro texto, otro texto mejor, más elaborado, mas exhaustivo. Envié un correo electrónico a Mary Carmen y se lo dije, iba a escribir de nuevo sobre ella, porque necesitaba hablar de lo que había sucedido en esos 105 minutos, porque en cierta manera, me sentía en deuda con una película que me había cautivado, horrorizado, enamorado y entusiasmado hasta el punto de considerarla como una de las grandes obras maestras del cine contemporáneo.
¿Qué es lo que ví en aquella película?, seguid leyendo, tras este breve prefacio.
Déjame Entrar: La soledad y el amor que nos unen
“Grita, grita como un cerdo”
Oskar es un niño de 12 años, vive en un suburbio de Estocolmo con su madre. Sus padres están divorciados y siente una insana fascinación por los crímenes, crímenes que recorta de periódicos y revistas para coleccionarlos en un cuaderno. En soledad, sufre en silencio el violento acoso de un grupo de compañeros de clase, a los que suena con matarlos usando un pequeño cuchillo que asesta sin remordimiento contra un árbol, siente la necesidad de devolverles el golpe, pero se siente un cobarde y ese momento le supone un acto de liberación frente a la opresión a la que cada día se ve sometido, es un psicópata potencial, y el no lo sabe. En pleno invierno llega una nueva chica con su padre al vecindario y se sucede una de las secuencias fundamentales de la película, en pocos minutos convergen los 4 grandes personajes de la historia: Oskar, Eli, Häkan y Lacke.
La noche siguiente, mientras vuelve a golpear con furia el árbol que simboliza sus temores tras otro dia de acoso escolar aparece Eli tras él, una chica extraña, con temperaturas bajo cero viste una camisa remangada. “Solo quiero que sepas que no puedo ser tu amigo”, “¿Por qué no” pregunta Oskar”, “Solo eso, quiero que lo sepas”, Eli se va, Oskar le grita… “¿Quién ha dicho que yo quiero ser tu amigo?”.
Mientras tanto Häkan, intenta matar a alguien, obtener su sangre, cuando está a punto de ser descubierto debe huir, dejar todas sus cosas allí, vuelve a casa y siente la ira y crueldad de Eli por haberle fallado, Häkan le pide perdón.
“Yo estaba aquí antes que tú”
En su segundo encuentro, Oskar está intentando desentrañar el cubo de rubik, aparece Eli completamente desmejorada, envejecida. Ambos se encuentran solos, discuten, Eli tiene hambre, un paranormal gruñido sale de su estomago mientras observa con dificultosa contención el cuello de Oskar, pero resiste la tentación de morderle. “¿No tienes frio?” pregunta Oskar, “No”, “¿Por qué?”, “Porque he olvidado como tenerlo”. Oskar le enseña como funciona el juguete para saciar la curiosidad de Eli y se lo presta, ya se lo devolverá.
Esa misma noche, Eli ataca a su primera victima, no puede soportarlo mas, tirada debajo de un puente solicita ayuda, y un hombre, Jocke, uno de los amigos de Lacke, la coge en brazos, en ese momento Eli lo muerde con furia y descubrimos su condición sobrenatural.
Al dia siguiente Oskar sale de casa, encuentra el cubo de rubik resuelto, sonríe mientras piensa como lo habrá hecho.
Esa misma noche, vuelven a encontrarse en el parque, Eli le enseña a resolver el cubo, una mirada de Oskar a su rostro nos da indicios de un amor, un sentimiento que está emergiendo.”¿Cuántos años tienes?”, “Doce, mas o menos”, “¿Cuándo es tu cumpleaños?”, “No lo sé”. Todo bajo la atenta y celosa mirada de Häkan desde la ventana.
“Devuelveles el golpe, con fuerza, y te dejarán en paz”
Al dia siguiente Oskar se queda hasta tarde en el colegio intentando aprender el código Morse. Sus acosadores le esperan a la salida del colegio, le dan una paliza mientras el la acepta sin otro remedio que la sumisión. Llega a casa y miente a su madre sobre el corte que le han hecho en la cara, pero en su encuentro con Eli no puede mentirle, le dice la verdad, toda la verdad. Y Eli le dice que debe devolverles el golpe para que le dejen en paz. “Y sino…”, “Entonces yo te ayudaré”. Oskar le entrega un papel, se podrán comunicar mediante código morse, sus habitaciones están pared contra pared. Cuando Eli regresa a casa, Häkan le pide por favor que no vuelva a ver a ese chico. Ella no le hace caso.
“¿Me quieres?”
Una noche mas de encuentros entre la joven pareja. Oskar compra caramelos y le ofrece a Eli, pero ella no puede comerlos, finalmente acepta uno pero acaba vomitándolo todo. “Oskar, ¿me quieres?”, “Mucho”, “¿Aunque no fuera una chica?”, “Supongo que sí”. Ambos acaban abrazandose, en su soledad han encontrado a su alma gemela.
Al dia siguiente Oskar va a visitar a su padre. Mientras Häkan intenta obtener sangre para Eli en un gimnasio, pero es descubierto. Ante la posibilidad de tener que revelar la identidad de Eli, se oculta en las duchas y mientras exclama “Eli…” se hecha un bote de acido en el rostro. No muere y es llevado al hospital, tampoco puede hablar.
Eli visitar a Häkan en el hospital, sube hasta la ventana del piso donde está custodiado por la policía, Häkan se acerca a la ventana, Eli tiene hambre, muerde a Häkan tras ofrecerle este su cuello, ella acaba tirándole por la ventana para que se parta el cuello y no se convierta en un vampiro.
Eli visitar a Oskar que duerme, le pide que le deje entrar, Oskar le dice que puede entrar, con su rostro ensangrentado, Eli se mete en la cama con Oskar. “Eli, ¿te gustaría ser mi novia?”, “Oskar, no soy una chica”, “Igualmente, ¿quieres serlo?”, “¿No podemos dejar las cosas como son?”, “Supongo”, “¿Se hace algo especial en estos casos”?, “No”, “¿Todo es igual?”, “Sí”, “Entonces estaremos juntos, seremos tu y yo”. Oskar se siente feliz.
Al dia siguiente, Oskar va de excursión, los acosadores vuelven a atacarle, pero esta vez sí les devuelve el golpe, y con un palo golpea en el oído al líder. Eso provoca que su madre le lance una reprimenda enorme.
Esa noche, Oskar la lleva a un sotano donde suelen reunirse grupos de jóvenes, están solos, pone música, Oskar quiere hacer un pacto de sangre, se hace un corte en el dedo, Eli ve la sangre caer al suelo, y su instinto animal sale a relucir, se lanza al suelo y lame la sangre, Oskar está aterrorizado, Eli le grita que se vaya antes de que le haga daño, Oskar está paralizado, Eli sale huyendo y ataca a la primera persona que vé a la salida de un metro: Gina, la novia de Lacke, una mujer a la que como veremos posteriormente convertirá en vampiro porque no ha tenido tiempo de matarla.
“Debo irme y vivir o quedarme y morir”
Oskar es enviado por su madre a casa de su padre, allí, mientras observa como su padre se emborracha con un amigo suyo, lee una nota que le dejó Eli. Sale huyendo de esa casa en mitad de la noche y vuelve a casa de su madre. Al mismo tiempo, entiende que Eli es la única persona que realmente le entiende, pero tiene miedo de ella.
Mientras tanto, Gina, que progresivamente se va transformando, es atacada por una manada de gatos de un amigo de Lacke y llevada al hospital.
Oskar por su parte visita a Eli en su casa. “¿Eres un vampiro?”, “Me alimento de sangre”, através de una puerta de cristal que separa a ambos Eli le confiesa “Tengo doce años, pero tengo doce años desde hace mucho tiempo”, y abre la puerta de cristal, como invitándole a pasar a su mundo. Eli le ofrece dinero a Oskar pero este le recrimina que es de la gente a la que ha matado y se va de su casa.
Mientras en el hospital, Gina, muy enferma, es conocedora de su situación y decide morir pidiendo que levanten las cortinas, el médico lo hace y sale ardiendo.
“¡Puedes entrar!”
Eli visita a Oskar, pero necesita que le invite para poder entrar en su hogar, Oskar quiere saber que pasa si no le invita, le hace gestos para que entre pero no la invita explícitamente, Eli entra para que Oskar comprenda su sufrimiento, empieza a sangrar, empieza a morir. “¡No!, ¡Puedes entrar!, ¡puedes entrar”, y la abraza.
Oskar intenta ahondar en las diferencias que les separan, Eli busca encontrar aquello que los une. “Yo no mato gente” dice Oskar, “Pero te gustaría, ¿verdad?, por venganza” replica Eli, “Si”, “Yo lo hago porque tengo que hacerlo, ponte en mi lugar”. Oskar lo entiende todo, la comprende, son iguales, las diferencias que existían han desaparecido. Eli se da una ducha, y cuando ve através de la puerta como se cambia, ve el plano del extraño pubis de Eli que sugiere que realmente fue un chico y no una chica. Llega la madre de Oskar y Eli debe irse.
Al dia siguiente Lacke, ansioso de venganza, descubre donde vive Eli. La puerta está abierta, y en una bañera descubre al vampiro dormir, cuando intenta abrir la ventana para que entre luz Oskar le detiene blandiendo un cuchillo. Eli despierta y ataca a Lacke, Oskar horrorizado se da la vuelta y tira el cuchillo, ¿Quizás se le han quitado las ganas de matar?. Una vez acabado con Lacke, Eli sale del baño completamente bañada en sangre, abraza a Oskar por detrás y le dice que es momento de partir porque corre peligro. Eli besa a Oskar en los labios, Oskar tiene los labios llenos de sangre, pero en el siguiente plano de la misma secuencia, los tiene limpios, y surge una pregunta, ¿Fallo de continuidad o acaso Oskar a soñado que Eli le besaba?. Eli se va.
En plena nostalgia por la marcha de la única persona que realmente le ha comprendido, Oskar sufre una encerrona en la piscina donde hace deporte. El primo del chico al que golpeó lo agarra y le dice que si no aguanta la respiración durante 3 minutos bajo el agua, le arranca un ojo con una navaja. Lo hunde bajo el agua, Oskar comienza a morir, y se sucede una de las mas memorables secuencias de los últimos años, con la cámara bajo el agua, vemos un chico siendo arrastrado, una cabeza cayendo, y el brazo que le sujetaba cayendo destrozado. Una mano agarra a Oskar y lo sube, Eli le ha salvado, ambos se sonríen.
Pasamos a un plano negro, con pinceladas de nieve, el mismo que abre la película para luego encontrarnos en un tren. Oskar sentado, con una maleta. Se escuchan unos golpes de esa maleta, es Morse, decodificado dice… ELII, Oskar escribe PUSS (beso en sueco). Eli y Oskar viajan en tren, ¿A dónde?, ¿Qué vida les espera?, son preguntas que no se responden, preguntas como tantas otras sobre las cuales el espectador deberá reflexionar.
Diferencias (i)reconciliables
Una vez realizado el análisis de la película nos quedan cientos de preguntas sin responder. ¿Realmente se aman el uno al otro o simplemente se necesitan para sobrevivir en un mundo que jamás les comprenderá?, ¿Es el destino de Oskar el mismo que el de Häkan?, estas y otras preguntas quedan sin respuesta, a elección del espectador. El propio director lo decía en una entrevista, no tiene un único sentido, la película tiene el sentido que cada espectador quiera darle, ofrece detalles, pequeños detalles, esa flor roja surgiendo en ese pueblo nevado, un pequeño suspiro de esperanza. Esa sangre tiñendo de rojo la calma de una ciudad donde nunca sucede nada. Ese cubo de rubik que simboliza muchas más cosas de las que aparenta.
No es sencillo analizar una película tan compleja como esta. Porque a pesar de estar ante una historia de amor (o quizás no, que cada uno saque sus conclusiones), tiene las suficientes capas como para poder detenernos en cada minuto de metraje para poder analizarlo correctamente.
Por un lado tenemos a Oskar, un chico solitario, con tendencias homicidas fruto de la ausencia paterna y un acoso permanente por parte de un grupo de escolares. Un muchacho con un enorme potencial psicopático que podría convertirse en un futuro serial killer, que guarda recortes de asesinatos y lee novelas de misterio y que sin embargo se siente inseguro, cobarde, pero capaz de ser una ser humano cruel.
Por otro lado tenemos a Eli, un vampiro de 200 años en un cuerpo de un joven de doce. Su propia condición de criatura sobrenatural la obliga a ocultarse, a matar, a vivir en perpetua soledad mientras el tiempo hace desaparecer a sus seres queridos, quizás por eso niega el amor a cualquiera que se cruce en su camino, y quizás por eso, su relación con Häkan, que perfectamente podría ser la misma que le espera con Oskar, es una relación fría, distante, de necesidad, porque es evidente que Häkan la ama, pero ella no quiere amarle, hace tiempo que rechazó ese sentimiento, necesita a Häkan para sobrevivir, lo utiliza, y no duda en recriminarle cuando no le trae sangre, no duda en sacar a relucir su lado más visceral y cruel cuando las cosas no salen como ella quiere.
Y sin embargo conoce a Oskar, todo comienza de manera irrelevante, no quieren ser amigos, no quieren tener nada en común, todo es demasiado complejo para ella, rechaza las dificultades que pueden presentarse. Y Oskar tampoco quiere, porque teme que le vuelvan a hacer daño, como sus antiguos amigos que son ahora sus acosadores. Pero como simboliza el cubo de rubik, no existen dificultades, sino la manera de afrontarlas. Y es que lo que a priori parecía una secuencia completamente prescindible, se revela como verdadera resolución al problema planteado. El cubo de rubik, su propia esencia como juego de lógica, indescifrable salvo si se mueven las piezas en el orden adecuado y en el momento adecuado, representa sin lugar a dudas la complejidad de una posible relación entre dos seres tan distintos pero tan similares, y cuando Eli resuelve el cubo de rubik, nos encontramos ante la resolución de la ecuación, ¿Por qué no puede ser así?, ¿Por qué no puede existir algo si todo se realiza de manera adecuada?.
El problema es que Eli no quiere afrontarlo, y Oskar para entonces ya se ha enamorado de ella sin saber lo que es, haría cualquier cosa por ella, incluso matar. Pero Eli quiere mantenerse en la distancia, a pesar de que pueden ser pareja, su condición de vampira le duele, y enamorarse podría matarla, porque sabe que lo daría todo por él. De ahí la frase “Debo irme y vivir o quedarme y morir”, extraída directamente de la obra Romeo y Julieta de William Shakespeare, porque es en ese punto donde las diferencias entre ambos se han diluido y han encontrado aquello que los une. Y aún así existen dificultades entre ellos, la condición de vampira de Eli atemoriza a Oskar cuando lo descubre en la extraordinaria secuencia del sótano, ya no es el daño emocional que pueda hacerle, es el daño físico que puede sufrir.
Pero todo cambia, Oskar sabe que la ama, y que le da igual lo que sea, sus temores son infundados. Cuando la invita a entrar en su casa sin decirlo expresamente y ve a Eli morir lentamente, sangrando, Oskar la abraza, la detiene, la invita a pasar porque la quiere, porque quiere estar con ella, porque la necesita, al igual que Eli le necesita a él. Y otra escena llena de simbolismo que confirma mis palabras, cuando Oskar, tras descubrir que Eli es un vampiro se encuentra separado de ella por una puerta de cristal y finalmente ella la abre, los muros, las barreras que los separaban se comienzan a derrumbar, las dificultades comienzan a desaparecer, igual que cuando se descifra la fórmula que resuelve el juguete antes citado.
Sin embargo otra dificultad mas se añade, cuando Eli es descubierta por Lacke y lo mata, sabe que no puede permanecer allí por más tiempo, y probablemente en lo más profundo de su corazón desearía pedirle a Oskar que huyera a su lado, pero no se lo pide, no se lo pide porque no quiere darle una vida tan injusta y difícil como la que ella siempre ha tenido, quiere que sea feliz allí donde Oskar tiene su familia. Por eso se va sin él, sin comprender que realmente Oskar no tiene nada allí, sin comprender que la soledad de Oskar solo tiene una cura: Eli. Sin comprender que ambos se necesitan aunque lo sepan.
Pero llega la secuencia final, la de la piscina, calificada unánimemente como una de las mejores secuencias jamás rodadas, y allí está Eli, para salvarle cuando está a punto de morir. Y en ese intervalo, desde la huida de Eli hasta su aparición como ángel salvador, le han servido para pensar en ello, y para darse cuenta de que si Oskar se va con él, a pesar de las dificultades que pueden presentarse en un futuro, será feliz, ambos serán felices, porque esa es y siempre fue la solución al problema. Y así finaliza la película, los dos juntos en un tren huyendo hacia un futuro desconocido. Quizás Oskar se convierta en la continuación de Häkan y sufra un futuro trágico, quizás Eli convierta en vampiro a Oskar y ambos sean felices hasta el fin de los tiempos, quizás… hay tantos quizás ante un final tan abierto…
El final es solo el principio
Como he repetido varias veces a lo largo del texto, todo depende de la óptica del espectador, optimista, pesimista… a muchos nos gustaría que nos contaran lo que sucede después, la vida que les espera, pero en el fondo, quizás sea lo mejor, no saberlo, no romper esa magia.
La magia de una película sencillamente sublime, donde Alfredson trata cada elemento con mimo, donde el autor de la novela sintetiza lo mejor de su obra, donde el paisaje nevado es uno de los grandes personajes de la historia como lo fue Haddonfield en la magistral La Noche de Halloween de John Carpenter. Donde los niños, y especialmente Lina Leandersson, componen unas interpretaciones maravillosas. Donde cada aspecto del filme es cuidadosamente tratado para componer una hermosa sinfonía, una sinfonía a la que acompaña la bellísima banda sonora de Söderqvist, con especial mención al corte numero tres: Eli’s Theme, una pieza musical inconmensurable, desbordante, tan romántica que duele los sentidos.
Una película que deleita sin compasión, que te hace reír con un humor nada fácil, que te hace llorar por momentos, que te hace sentir triste, alegre, una película de emociones pausadas, de ritmo acompasado, que se preocupa en narrar la historia con delicadeza, con parsimonia, que algunos califican de lenta y que otros consideramos que tiene el tempo narrativo perfecto. Que fue tratada con verdadera justicia y como se merece por parte de la crítica, que la aplaudió unánimemente como una de las mejores obras del 2008 y una de las mejores de los últimos años, una película que fue aplaudida por millones de espectadores a lo largo del mundo y que recibió más de 50 premios, pero lo más importante, recibió desde el mismo momento de su concepción, la categoría de culto, de clásico imperecedero, con todo merecimiento.
Comenzaba este análisis hablando de las dificultades que tuve en su momento para describir las sensaciones que me produjo, mi insatisfacción por las dos críticas realizadas para los compañeros de Las Horas Perdidas. Me gustaría creer, ahora que lo estoy finalizando, que por fin le he hecho justicia a esta película, que la obra que más me ha enamorado en los últimos diez años junto a The Fountain de Darren Aronofsky, por fin ha recibido el texto que siempre consideré que se merecía. Me gustaría creer que he conseguido trasladar todas mis impresiones de la película de manera adecuada. Me gustaría creer que Déjame Entrar, por fin ha sido tratada por mi parte como se merecía, porque tenía una deuda con ella, una inmensa deuda. La deuda con un filme al que le debo muchas cosas, un filme que me descolocó, que me desarmó, me desnudó y que permanecerá eternamente en mi memoria como en estos nueve meses, nueve meses en los cuales no ha habido día en el que no me haya acordado de ella. Una película de la que estoy profundamente enamorado, una película que me ha demostrado algo más importante, el paralelismo existente entre esa historia de amor y la situación que vivo con una persona a la que no nombraré, paralelismo con sus matices por supuesto, pero paralelismo al fin y al cabo.
Para finalizar, solo espero que si dejasteis entrar en vuestros corazones esta película como yo lo hice, hayáis quedado satisfechos del análisis y que lo hayáis disfrutado, yo por mi parte lo sabré cuando deje pasar el tiempo, mientras tanto, espero con impaciencia la edición en dvd de la película.
Dedicado a ti, tu sabes quién eres, tu sabes lo que significas para mí.
Bien, podría dar cientos de motivos para hacerlo, pero me quedo especialmente con uno: hay películas que cuando las ves, sabes que te has encontrado con algo especial, con una obra imperecedera, con un material que superará los umbrales del tiempo, con una película que será estudiada y admirada por las futuras generaciones. Y cuando te encuentras con una obra de estas características… ¿realmente hace falta esperar 40 años para ponerla en el lugar que se merece?, la respuesta es NO.
Debo confesar sin ningún tipo de pudor, que cuando escuché hablar por primera vez de Déjame Entrar, lo primero que hice fue ignorarla injustamente, el argumento, que hablaba del amor entre dos niños, uno vampiro y otro humano me causaba fobia cinéfila. Quizás no supieron describirla bien o quizás no supe ver más allá de todas las multireferencias cinematográficas que me vinieron a la cabeza. Pero de pronto comenzó a cosechar premios y mas premios, y dije… aquí tiene que haber algo más que una simple historia entre una vampira y un niño. Nunca me he guiado por los premios de una película para verla, principalmente porque los considero injustos, pero aquello no era normal, hice búsquedas en inglés en google, opiniones de gente que la había visto, me encontré de todo: aburrida, excelente, no es para tanto…. Bien, pensé, indiferente no deja. Mi curiosidad ya había despertado y tenía una corazonada: Aquella película no era una película de vampiros más.
La vi un sábado por la noche a principios de enero, junto a una persona muy especial para mí, ella desde su casa, yo desde la mía, 105 minutos después, escribí una acelerada crítica para Las Horas Perdidas, compañeros para los que había colaborado en alguna otra ocasión, se la envié a Mary Carmen Rodríguez y le dije… “tienes que verla”, y la comenté con esa persona especial que la vio mientras yo la veía, intercambiamos impresiones, aquello superaba lo que jamás habíamos esperado.
No quedé satisfecho con la crítica que envié a Mary Carmen Rodríguez (y aprovecho para felicitarla por el impecable seguimiento que hace de la Mostra de Venecia desde su web), escribí 24 horas después, otra que intentara sintetizar aquello que no había sido capaz de explicar en la primera crítica, le dije… “olvídate de la otra, esta es la crítica de verdad”. En aquel segundo texto escribí “Y aquí me encuentro ahora, delante de un portátil, mientras suena la banda sonora de Blade Runner y con un Jack Daniels y un cigarro encendido intentando describir las sensaciones que una sencilla historia entre un niño solitario llamado Oskar y una niña vampira llamada Eli me han transmitido. Y para ser sinceros, sigue siendo igual de jodido.”. Le dí un 10 a la película, nota que tuvo sus detractores y sus defensores.
Pasan 9 meses y la película no me la quito de la cabeza, la banda sonora suena en mi mp3 durante todo el día. Decido publicar la noticia de la edición en dvd de la película por parte de Karma Films el próximo 30 de Septiembre y pienso… ¿Por qué no volver a rehacer la crítica?, ¿Por qué no introducirla como película de culto en The Lost View?, le dije a mi compañero Pedro García… “¿Para ti es una película de culto?”, respondió con un sí, y decidí tirar hacia adelante. Porque aquellos 105 minutos merecían otro texto, otro texto mejor, más elaborado, mas exhaustivo. Envié un correo electrónico a Mary Carmen y se lo dije, iba a escribir de nuevo sobre ella, porque necesitaba hablar de lo que había sucedido en esos 105 minutos, porque en cierta manera, me sentía en deuda con una película que me había cautivado, horrorizado, enamorado y entusiasmado hasta el punto de considerarla como una de las grandes obras maestras del cine contemporáneo.
¿Qué es lo que ví en aquella película?, seguid leyendo, tras este breve prefacio.
Déjame Entrar: La soledad y el amor que nos unen
“Grita, grita como un cerdo”
Oskar es un niño de 12 años, vive en un suburbio de Estocolmo con su madre. Sus padres están divorciados y siente una insana fascinación por los crímenes, crímenes que recorta de periódicos y revistas para coleccionarlos en un cuaderno. En soledad, sufre en silencio el violento acoso de un grupo de compañeros de clase, a los que suena con matarlos usando un pequeño cuchillo que asesta sin remordimiento contra un árbol, siente la necesidad de devolverles el golpe, pero se siente un cobarde y ese momento le supone un acto de liberación frente a la opresión a la que cada día se ve sometido, es un psicópata potencial, y el no lo sabe. En pleno invierno llega una nueva chica con su padre al vecindario y se sucede una de las secuencias fundamentales de la película, en pocos minutos convergen los 4 grandes personajes de la historia: Oskar, Eli, Häkan y Lacke.
La noche siguiente, mientras vuelve a golpear con furia el árbol que simboliza sus temores tras otro dia de acoso escolar aparece Eli tras él, una chica extraña, con temperaturas bajo cero viste una camisa remangada. “Solo quiero que sepas que no puedo ser tu amigo”, “¿Por qué no” pregunta Oskar”, “Solo eso, quiero que lo sepas”, Eli se va, Oskar le grita… “¿Quién ha dicho que yo quiero ser tu amigo?”.
Mientras tanto Häkan, intenta matar a alguien, obtener su sangre, cuando está a punto de ser descubierto debe huir, dejar todas sus cosas allí, vuelve a casa y siente la ira y crueldad de Eli por haberle fallado, Häkan le pide perdón.
“Yo estaba aquí antes que tú”
En su segundo encuentro, Oskar está intentando desentrañar el cubo de rubik, aparece Eli completamente desmejorada, envejecida. Ambos se encuentran solos, discuten, Eli tiene hambre, un paranormal gruñido sale de su estomago mientras observa con dificultosa contención el cuello de Oskar, pero resiste la tentación de morderle. “¿No tienes frio?” pregunta Oskar, “No”, “¿Por qué?”, “Porque he olvidado como tenerlo”. Oskar le enseña como funciona el juguete para saciar la curiosidad de Eli y se lo presta, ya se lo devolverá.
Esa misma noche, Eli ataca a su primera victima, no puede soportarlo mas, tirada debajo de un puente solicita ayuda, y un hombre, Jocke, uno de los amigos de Lacke, la coge en brazos, en ese momento Eli lo muerde con furia y descubrimos su condición sobrenatural.
Al dia siguiente Oskar sale de casa, encuentra el cubo de rubik resuelto, sonríe mientras piensa como lo habrá hecho.
Esa misma noche, vuelven a encontrarse en el parque, Eli le enseña a resolver el cubo, una mirada de Oskar a su rostro nos da indicios de un amor, un sentimiento que está emergiendo.”¿Cuántos años tienes?”, “Doce, mas o menos”, “¿Cuándo es tu cumpleaños?”, “No lo sé”. Todo bajo la atenta y celosa mirada de Häkan desde la ventana.
“Devuelveles el golpe, con fuerza, y te dejarán en paz”
Al dia siguiente Oskar se queda hasta tarde en el colegio intentando aprender el código Morse. Sus acosadores le esperan a la salida del colegio, le dan una paliza mientras el la acepta sin otro remedio que la sumisión. Llega a casa y miente a su madre sobre el corte que le han hecho en la cara, pero en su encuentro con Eli no puede mentirle, le dice la verdad, toda la verdad. Y Eli le dice que debe devolverles el golpe para que le dejen en paz. “Y sino…”, “Entonces yo te ayudaré”. Oskar le entrega un papel, se podrán comunicar mediante código morse, sus habitaciones están pared contra pared. Cuando Eli regresa a casa, Häkan le pide por favor que no vuelva a ver a ese chico. Ella no le hace caso.
“¿Me quieres?”
Una noche mas de encuentros entre la joven pareja. Oskar compra caramelos y le ofrece a Eli, pero ella no puede comerlos, finalmente acepta uno pero acaba vomitándolo todo. “Oskar, ¿me quieres?”, “Mucho”, “¿Aunque no fuera una chica?”, “Supongo que sí”. Ambos acaban abrazandose, en su soledad han encontrado a su alma gemela.
Al dia siguiente Oskar va a visitar a su padre. Mientras Häkan intenta obtener sangre para Eli en un gimnasio, pero es descubierto. Ante la posibilidad de tener que revelar la identidad de Eli, se oculta en las duchas y mientras exclama “Eli…” se hecha un bote de acido en el rostro. No muere y es llevado al hospital, tampoco puede hablar.
Eli visitar a Häkan en el hospital, sube hasta la ventana del piso donde está custodiado por la policía, Häkan se acerca a la ventana, Eli tiene hambre, muerde a Häkan tras ofrecerle este su cuello, ella acaba tirándole por la ventana para que se parta el cuello y no se convierta en un vampiro.
Eli visitar a Oskar que duerme, le pide que le deje entrar, Oskar le dice que puede entrar, con su rostro ensangrentado, Eli se mete en la cama con Oskar. “Eli, ¿te gustaría ser mi novia?”, “Oskar, no soy una chica”, “Igualmente, ¿quieres serlo?”, “¿No podemos dejar las cosas como son?”, “Supongo”, “¿Se hace algo especial en estos casos”?, “No”, “¿Todo es igual?”, “Sí”, “Entonces estaremos juntos, seremos tu y yo”. Oskar se siente feliz.
Al dia siguiente, Oskar va de excursión, los acosadores vuelven a atacarle, pero esta vez sí les devuelve el golpe, y con un palo golpea en el oído al líder. Eso provoca que su madre le lance una reprimenda enorme.
Esa noche, Oskar la lleva a un sotano donde suelen reunirse grupos de jóvenes, están solos, pone música, Oskar quiere hacer un pacto de sangre, se hace un corte en el dedo, Eli ve la sangre caer al suelo, y su instinto animal sale a relucir, se lanza al suelo y lame la sangre, Oskar está aterrorizado, Eli le grita que se vaya antes de que le haga daño, Oskar está paralizado, Eli sale huyendo y ataca a la primera persona que vé a la salida de un metro: Gina, la novia de Lacke, una mujer a la que como veremos posteriormente convertirá en vampiro porque no ha tenido tiempo de matarla.
“Debo irme y vivir o quedarme y morir”
Oskar es enviado por su madre a casa de su padre, allí, mientras observa como su padre se emborracha con un amigo suyo, lee una nota que le dejó Eli. Sale huyendo de esa casa en mitad de la noche y vuelve a casa de su madre. Al mismo tiempo, entiende que Eli es la única persona que realmente le entiende, pero tiene miedo de ella.
Mientras tanto, Gina, que progresivamente se va transformando, es atacada por una manada de gatos de un amigo de Lacke y llevada al hospital.
Oskar por su parte visita a Eli en su casa. “¿Eres un vampiro?”, “Me alimento de sangre”, através de una puerta de cristal que separa a ambos Eli le confiesa “Tengo doce años, pero tengo doce años desde hace mucho tiempo”, y abre la puerta de cristal, como invitándole a pasar a su mundo. Eli le ofrece dinero a Oskar pero este le recrimina que es de la gente a la que ha matado y se va de su casa.
Mientras en el hospital, Gina, muy enferma, es conocedora de su situación y decide morir pidiendo que levanten las cortinas, el médico lo hace y sale ardiendo.
“¡Puedes entrar!”
Eli visita a Oskar, pero necesita que le invite para poder entrar en su hogar, Oskar quiere saber que pasa si no le invita, le hace gestos para que entre pero no la invita explícitamente, Eli entra para que Oskar comprenda su sufrimiento, empieza a sangrar, empieza a morir. “¡No!, ¡Puedes entrar!, ¡puedes entrar”, y la abraza.
Oskar intenta ahondar en las diferencias que les separan, Eli busca encontrar aquello que los une. “Yo no mato gente” dice Oskar, “Pero te gustaría, ¿verdad?, por venganza” replica Eli, “Si”, “Yo lo hago porque tengo que hacerlo, ponte en mi lugar”. Oskar lo entiende todo, la comprende, son iguales, las diferencias que existían han desaparecido. Eli se da una ducha, y cuando ve através de la puerta como se cambia, ve el plano del extraño pubis de Eli que sugiere que realmente fue un chico y no una chica. Llega la madre de Oskar y Eli debe irse.
Al dia siguiente Lacke, ansioso de venganza, descubre donde vive Eli. La puerta está abierta, y en una bañera descubre al vampiro dormir, cuando intenta abrir la ventana para que entre luz Oskar le detiene blandiendo un cuchillo. Eli despierta y ataca a Lacke, Oskar horrorizado se da la vuelta y tira el cuchillo, ¿Quizás se le han quitado las ganas de matar?. Una vez acabado con Lacke, Eli sale del baño completamente bañada en sangre, abraza a Oskar por detrás y le dice que es momento de partir porque corre peligro. Eli besa a Oskar en los labios, Oskar tiene los labios llenos de sangre, pero en el siguiente plano de la misma secuencia, los tiene limpios, y surge una pregunta, ¿Fallo de continuidad o acaso Oskar a soñado que Eli le besaba?. Eli se va.
En plena nostalgia por la marcha de la única persona que realmente le ha comprendido, Oskar sufre una encerrona en la piscina donde hace deporte. El primo del chico al que golpeó lo agarra y le dice que si no aguanta la respiración durante 3 minutos bajo el agua, le arranca un ojo con una navaja. Lo hunde bajo el agua, Oskar comienza a morir, y se sucede una de las mas memorables secuencias de los últimos años, con la cámara bajo el agua, vemos un chico siendo arrastrado, una cabeza cayendo, y el brazo que le sujetaba cayendo destrozado. Una mano agarra a Oskar y lo sube, Eli le ha salvado, ambos se sonríen.
Pasamos a un plano negro, con pinceladas de nieve, el mismo que abre la película para luego encontrarnos en un tren. Oskar sentado, con una maleta. Se escuchan unos golpes de esa maleta, es Morse, decodificado dice… ELII, Oskar escribe PUSS (beso en sueco). Eli y Oskar viajan en tren, ¿A dónde?, ¿Qué vida les espera?, son preguntas que no se responden, preguntas como tantas otras sobre las cuales el espectador deberá reflexionar.
Diferencias (i)reconciliables
Una vez realizado el análisis de la película nos quedan cientos de preguntas sin responder. ¿Realmente se aman el uno al otro o simplemente se necesitan para sobrevivir en un mundo que jamás les comprenderá?, ¿Es el destino de Oskar el mismo que el de Häkan?, estas y otras preguntas quedan sin respuesta, a elección del espectador. El propio director lo decía en una entrevista, no tiene un único sentido, la película tiene el sentido que cada espectador quiera darle, ofrece detalles, pequeños detalles, esa flor roja surgiendo en ese pueblo nevado, un pequeño suspiro de esperanza. Esa sangre tiñendo de rojo la calma de una ciudad donde nunca sucede nada. Ese cubo de rubik que simboliza muchas más cosas de las que aparenta.
No es sencillo analizar una película tan compleja como esta. Porque a pesar de estar ante una historia de amor (o quizás no, que cada uno saque sus conclusiones), tiene las suficientes capas como para poder detenernos en cada minuto de metraje para poder analizarlo correctamente.
Por un lado tenemos a Oskar, un chico solitario, con tendencias homicidas fruto de la ausencia paterna y un acoso permanente por parte de un grupo de escolares. Un muchacho con un enorme potencial psicopático que podría convertirse en un futuro serial killer, que guarda recortes de asesinatos y lee novelas de misterio y que sin embargo se siente inseguro, cobarde, pero capaz de ser una ser humano cruel.
Por otro lado tenemos a Eli, un vampiro de 200 años en un cuerpo de un joven de doce. Su propia condición de criatura sobrenatural la obliga a ocultarse, a matar, a vivir en perpetua soledad mientras el tiempo hace desaparecer a sus seres queridos, quizás por eso niega el amor a cualquiera que se cruce en su camino, y quizás por eso, su relación con Häkan, que perfectamente podría ser la misma que le espera con Oskar, es una relación fría, distante, de necesidad, porque es evidente que Häkan la ama, pero ella no quiere amarle, hace tiempo que rechazó ese sentimiento, necesita a Häkan para sobrevivir, lo utiliza, y no duda en recriminarle cuando no le trae sangre, no duda en sacar a relucir su lado más visceral y cruel cuando las cosas no salen como ella quiere.
Y sin embargo conoce a Oskar, todo comienza de manera irrelevante, no quieren ser amigos, no quieren tener nada en común, todo es demasiado complejo para ella, rechaza las dificultades que pueden presentarse. Y Oskar tampoco quiere, porque teme que le vuelvan a hacer daño, como sus antiguos amigos que son ahora sus acosadores. Pero como simboliza el cubo de rubik, no existen dificultades, sino la manera de afrontarlas. Y es que lo que a priori parecía una secuencia completamente prescindible, se revela como verdadera resolución al problema planteado. El cubo de rubik, su propia esencia como juego de lógica, indescifrable salvo si se mueven las piezas en el orden adecuado y en el momento adecuado, representa sin lugar a dudas la complejidad de una posible relación entre dos seres tan distintos pero tan similares, y cuando Eli resuelve el cubo de rubik, nos encontramos ante la resolución de la ecuación, ¿Por qué no puede ser así?, ¿Por qué no puede existir algo si todo se realiza de manera adecuada?.
El problema es que Eli no quiere afrontarlo, y Oskar para entonces ya se ha enamorado de ella sin saber lo que es, haría cualquier cosa por ella, incluso matar. Pero Eli quiere mantenerse en la distancia, a pesar de que pueden ser pareja, su condición de vampira le duele, y enamorarse podría matarla, porque sabe que lo daría todo por él. De ahí la frase “Debo irme y vivir o quedarme y morir”, extraída directamente de la obra Romeo y Julieta de William Shakespeare, porque es en ese punto donde las diferencias entre ambos se han diluido y han encontrado aquello que los une. Y aún así existen dificultades entre ellos, la condición de vampira de Eli atemoriza a Oskar cuando lo descubre en la extraordinaria secuencia del sótano, ya no es el daño emocional que pueda hacerle, es el daño físico que puede sufrir.
Pero todo cambia, Oskar sabe que la ama, y que le da igual lo que sea, sus temores son infundados. Cuando la invita a entrar en su casa sin decirlo expresamente y ve a Eli morir lentamente, sangrando, Oskar la abraza, la detiene, la invita a pasar porque la quiere, porque quiere estar con ella, porque la necesita, al igual que Eli le necesita a él. Y otra escena llena de simbolismo que confirma mis palabras, cuando Oskar, tras descubrir que Eli es un vampiro se encuentra separado de ella por una puerta de cristal y finalmente ella la abre, los muros, las barreras que los separaban se comienzan a derrumbar, las dificultades comienzan a desaparecer, igual que cuando se descifra la fórmula que resuelve el juguete antes citado.
Sin embargo otra dificultad mas se añade, cuando Eli es descubierta por Lacke y lo mata, sabe que no puede permanecer allí por más tiempo, y probablemente en lo más profundo de su corazón desearía pedirle a Oskar que huyera a su lado, pero no se lo pide, no se lo pide porque no quiere darle una vida tan injusta y difícil como la que ella siempre ha tenido, quiere que sea feliz allí donde Oskar tiene su familia. Por eso se va sin él, sin comprender que realmente Oskar no tiene nada allí, sin comprender que la soledad de Oskar solo tiene una cura: Eli. Sin comprender que ambos se necesitan aunque lo sepan.
Pero llega la secuencia final, la de la piscina, calificada unánimemente como una de las mejores secuencias jamás rodadas, y allí está Eli, para salvarle cuando está a punto de morir. Y en ese intervalo, desde la huida de Eli hasta su aparición como ángel salvador, le han servido para pensar en ello, y para darse cuenta de que si Oskar se va con él, a pesar de las dificultades que pueden presentarse en un futuro, será feliz, ambos serán felices, porque esa es y siempre fue la solución al problema. Y así finaliza la película, los dos juntos en un tren huyendo hacia un futuro desconocido. Quizás Oskar se convierta en la continuación de Häkan y sufra un futuro trágico, quizás Eli convierta en vampiro a Oskar y ambos sean felices hasta el fin de los tiempos, quizás… hay tantos quizás ante un final tan abierto…
El final es solo el principio
Como he repetido varias veces a lo largo del texto, todo depende de la óptica del espectador, optimista, pesimista… a muchos nos gustaría que nos contaran lo que sucede después, la vida que les espera, pero en el fondo, quizás sea lo mejor, no saberlo, no romper esa magia.
La magia de una película sencillamente sublime, donde Alfredson trata cada elemento con mimo, donde el autor de la novela sintetiza lo mejor de su obra, donde el paisaje nevado es uno de los grandes personajes de la historia como lo fue Haddonfield en la magistral La Noche de Halloween de John Carpenter. Donde los niños, y especialmente Lina Leandersson, componen unas interpretaciones maravillosas. Donde cada aspecto del filme es cuidadosamente tratado para componer una hermosa sinfonía, una sinfonía a la que acompaña la bellísima banda sonora de Söderqvist, con especial mención al corte numero tres: Eli’s Theme, una pieza musical inconmensurable, desbordante, tan romántica que duele los sentidos.
Una película que deleita sin compasión, que te hace reír con un humor nada fácil, que te hace llorar por momentos, que te hace sentir triste, alegre, una película de emociones pausadas, de ritmo acompasado, que se preocupa en narrar la historia con delicadeza, con parsimonia, que algunos califican de lenta y que otros consideramos que tiene el tempo narrativo perfecto. Que fue tratada con verdadera justicia y como se merece por parte de la crítica, que la aplaudió unánimemente como una de las mejores obras del 2008 y una de las mejores de los últimos años, una película que fue aplaudida por millones de espectadores a lo largo del mundo y que recibió más de 50 premios, pero lo más importante, recibió desde el mismo momento de su concepción, la categoría de culto, de clásico imperecedero, con todo merecimiento.
Comenzaba este análisis hablando de las dificultades que tuve en su momento para describir las sensaciones que me produjo, mi insatisfacción por las dos críticas realizadas para los compañeros de Las Horas Perdidas. Me gustaría creer, ahora que lo estoy finalizando, que por fin le he hecho justicia a esta película, que la obra que más me ha enamorado en los últimos diez años junto a The Fountain de Darren Aronofsky, por fin ha recibido el texto que siempre consideré que se merecía. Me gustaría creer que he conseguido trasladar todas mis impresiones de la película de manera adecuada. Me gustaría creer que Déjame Entrar, por fin ha sido tratada por mi parte como se merecía, porque tenía una deuda con ella, una inmensa deuda. La deuda con un filme al que le debo muchas cosas, un filme que me descolocó, que me desarmó, me desnudó y que permanecerá eternamente en mi memoria como en estos nueve meses, nueve meses en los cuales no ha habido día en el que no me haya acordado de ella. Una película de la que estoy profundamente enamorado, una película que me ha demostrado algo más importante, el paralelismo existente entre esa historia de amor y la situación que vivo con una persona a la que no nombraré, paralelismo con sus matices por supuesto, pero paralelismo al fin y al cabo.
Para finalizar, solo espero que si dejasteis entrar en vuestros corazones esta película como yo lo hice, hayáis quedado satisfechos del análisis y que lo hayáis disfrutado, yo por mi parte lo sabré cuando deje pasar el tiempo, mientras tanto, espero con impaciencia la edición en dvd de la película.
Dedicado a ti, tu sabes quién eres, tu sabes lo que significas para mí.
Javier Moreno
6 comentarios:
He releido varias veces el texto a lo largo del dia y debo decir que sí, que he quedado satisfecho con él. Muy safisfecho. Sí, he hecho justicia a la película.
Y debo confesar que por fin he comprendido porque en su momento no supe describirla y hoy me han bastado 3 horas para escribir 8 páginas de analisis. No ha sido el tiempo transcurrido, ni las horas y dias de reflexión sobre la película, ha sido algo mas profundo que eso, pero sintiendolo mucho, ese es un motivo que lo dejo para la persona que debe saberlo.
Enhorabuena por el análisis, ha sido como volver a ver la película de nuevo - algo que sin duda tengo pendiente. Preciosa interpretación.
Felicidades al autor del analisis, jamás había visto como describían esta película tan bien. Ninguna de las críticas a esta película le hacen sombra. Soy otro de los enamorados de Déjame Entrar y leer algo así son cosas por las que a uno le hacen sonreir en la vida.
Por cierto, teneis un blog genial.
¡Guau Javi! Te ha quedado genial este análisis. Enhorabuena. Y gracias por la felicitación, que en absoluto me merezco.
Un beso
Mis felicitaciones a Javi por este aporte a la red, increible analisis.
Como cinéfila que soy me dispuse a ver esta película en cuanto oí hablar de ella. Mirando varias críticas de cine,observé que la mencionaban mucho y unos la adoraban mientras otros la tachaban de sobrevalorada. Yo a pesar de mi corta edad, he visto toda clase de peliculas:de terror, policiacas, buenas y malas y gracias a estas últimas es por lo que diferencio cuando un filme tiene calidad y cuando no. Y Déjame entrar me ha cambiado la vida en tan solo unos minutos, la he visto hace tan solo una hora y en cuanto acabó ya quise saber más de ella y buscar información de todo tipo y así fue como llegue aquí. Así que tan sólo quería agradecerte la gran labor que has hecho redactando este análisis-crítica-valoración personal y que estoy totalmente de acuerdo contigo en que esta obra va a dar mucho que hablar y va a perdurar en el tiempo. Es gran merecedora del título de película de culto. Y sobre todo gracias a la existencia de personas que como tú, valoran el séptimo arte. Un abrazo cordial!! Espero seguir leyendo análisis tan buenos de otras grandes películas como ésta;)
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