Crítica: Pequeños Invasores


FICHA TÉCNICA

T. ORIGINAL: Aliens in the Attic
AÑO: 2009
NACIONALIDAD: EEUU
DIRECTOR: John Schultz
GUIÓN: Mark Burton, Adam F. Goldberg (Historia: Mark Burton)
MUSICA: John Debney
REPARTO: Ashley Tisdale, Robert Hoffman, Kevin Nealon, Doris Roberts, Carter Jenkins, Tim Meadows, Gillian Vigman, Austin Robert Butler, Ashley Boettcher, Henry Young, Regan Young
PRODUCTORA: 20th Century Fox / Regency Enterprises
GENERO: Fantástico. Aventuras. Comedia. Infantil

WEB OFICIAL: www.aliensintheatticmovie.com

ARGUMENTO

Pequeños invasores sigue las andanzas de los Pearson, una familia que llega a una casa para pasar unas merecidas vacaciones de verano. Los Pearson son Stuart (Kevin Nealon) y su mujer Nina (Gillian Vigman), la pequeña Hannah (Ashley Boettcher) de siete años, Tom (Carter Jenkins), de 15 años y fanático de la tecnología, y la hermana mayor Bethany (Ashley Tisdale), que sale en secreto con el joven Ricky Dillman (Robert Hoffman). Sin embargo, su periodo de descanso se verá alterado por Sparks, Skip, Spike y Razor, cuatro alienígenas que llegaron antes que ellos. Será entonces cuando los miembros del clan unirán fuerzas con un único propósito: echar a los pequeños y belicosos intrusos que viven en su ático.

TRAILER

CRÍTICA

Las invasiones alienígenas han sido argumento de innumerables títulos, algunas obras maestras dentro del género de ciencia-ficción y de la historia del cine. Bien, éste no es el caso, y si no que se lo pregunten a los protagonistas de la película. Cierto es que nos hayamos ante un producto de cine familiar, y como tal cumple perfectamente su cometido: un argumento no demasiado original, humor a veces grueso pero divertido, amistad infanto-extraterrestre cuasispielbergriana y momento de heroísmo adolescente, ingredientes todos ellos encaminados a que padres e hijos (no demasiado mayores estos últimos) disfruten de una comedieta intranscendente una tarde de sábado evitando momentáneamente el dilema de qué hacer para tener entretenidos a los nenes.

Hemos de agradecer que la mega-estrella adolescente por antonomasia Ashley Tisdale no esté especialmente insoportable y se integre con el resto del reparto juvenil (sí, para quien no le suene, una de las niñas High School que bien podría haber postulado en el American Idol) en esta aventura-enredo infantil de criaturas invasoras mediometriles que tienen la feliz ocurrencia de comenzar el asalto contra la raza terrícola litigando con supuesta ferocidad ante unos niños, algunos ya en la edad del pavo, quienes deben impedir a toda costa que los invasores se hagan con un arma infalible que haga posible el objetivo extraterrestre. Un argumento que, por buscar alguna similitud, puede recordar al clásico de Cameron Menzies Invasores de Marte, control mental incluido (claro que en la que nos ocupa no hay sutilezas que valgan y los humanos se controlan en plan "wii", en un alarde tecnológico sin precedentes) o, sin ir muy lejos, a esas criaturas peludas y llenas de dientes conocidas como Critters.

Rodada sin ningún tipo de escrúpulo o interés de adecuación del entorno CGI a la imagen real (ya da igual que canten los píxeles, asi que aficionados a grandes efectos-efectismos o destrucciones extragalácticas masivas ni se planteen entrar a la sala), sin embargo el ritmo de la película no decae, es en situaciones divertida y de una coherencia argumental plausible, nada comparable al producto apto para "niños tontos" estrenado recientemente en nuestras pantallas, Shorts: La Piedra Mágica, del plomizo Robert Rodríguez en sus aspiraciones por convertirse en el Disney latino del siglo XXI.

El realizador John Schultz ("conocido" por otro producto de cine en familia, Una Pandilla de Altura), lejos de intentar buscar alternativas al pobre hilo argumental de la "original historia" (echo de menos, aunque fuesen bastante ñoños, a esos Maravillosos Aliados que nos presentase Spielbreg a finales de los ochenta) se conforma con encadenar repetidas situaciones jocosas que desprejuiciados nos pueden arrancar más de una sonrisa (momentos de puro homenaje al slapstick más extremo) sin otro propósito de cumplir el mero trámite de rodar algo medianamente aceptable y entretenido, y con esa pretensión habremos de superar el trance.

De nuevo y en el apartado de agradecimientos es de ley reseñar que la duración de la historia cumpla con la premisa "menos de hora y media de película destinada al público infantil es más que suficiente para que los niños no lleguen a desesperarse", hecho demostrado con la gran mayoría de infantes que son incapaces, almas cándidas, de soportar sentaditos en su trona delante de la pantalla.

Y escasamente podemos decir más, como decía mi ya fallecida abuela "de donde poco hay poco se puede sacar". Y las abuelas desde luego no son dadas a equivocos, aunque las que protagonicen este film sustituyan la sabiduría que da la experiencia por conocimientos en artes marciales propios y envidia de la aguerrida Chun-Li de Street Fighter.

Supongo que no habría sido demasiado difícil el haber planteado un directo a dvd de la cinta, que con toda probabilidad tal destino le será asignado a una futura secuela, si la hubiere. Aunque, ahora que lo pienso, dicha reflexión dura lo que la persistencia en nuestra memoria de la experiencia del consumo de esta película, es decir, bien poco.

Pedro García