Crítica: Distrito 9


FICHA TÉCNICA

T. ORIGINAL: District 9
AÑO: 2009
NACIONALIDAD: Nueva Zelanda/ Sudáfrica
DIRECTOR: Neill Blomkamp
GUIÓN: Neill Blomkamp, Terri Tatchell
MUSICA: Clinton Shorter
REPARTO: Jason Cope, Sharlto Copley, David James, Vanessa Haywood, Manla Gaduka, Kenneth Nkosi, Eugene Khumbanyiwa, Louis Minnaar, William Allen Young
PRODUCTORA: Sony Pictures / Tristar Pictures / Wingnut Films / Key Creatives
GENERO: Ciencia-Ficción. Thriller

WEB OFICIAL: www.district9movie.com

ARGUMENTO

Casi tres décadas atrás una nave alienígena aterriza sobre Johannesburgo. En ella un grupo de seres, enfermos y sin líder, últimos supervivientes de su raza, vagan aparentemente sin rumbo hasta que su vehículo, aparentemente inoperante, queda varado en nuestro planeta.

Confinados en una suerte de campo de refugiados, un ghetto denominado Distrito 9, las condiciones infrahumanas en las que conviven con los habitantes locales convierte su situación en una verdad incómoda para el conjunto mundial de naciones.

La compañía privada Multi-National United (MNU), designada para tener bajo control la situación de los extraterrestres, tiene como único interés aprovechar el potencial armamentístico alienígena, si bien su compatibilidad con el adn de los seres hace fútil todo intento de aprovechamiento para beneficio propio.

Durante el inicio de las tareas de realojo de las criaturas a un nuevo campamento uno de los trabajadores de la organización accidentalmente entra en contacto con un extraño líquido que parece haberle expuesto a algún tipo de virus, pero pronto la demoledora verdad será otra bien distinta...

TRAILER

CRÍTICA

Se podría pensar que Distrito 9 es una obra menor, tanto por su presupuesto (30 millones de dólares), como por derivarse del fallido proyecto de la traslación del videojuego Halo a la gran pantalla (finalmente ni la Fox, ni Universal ni la poderosa Microsoft se pusieron de acuerdo). Nada más lejos de la realidad.

"El día que Halo murió nació Distrito 9". Más o menos su productor, Peter Jackson, comentaba esto sobre el proyecto que Neill Blomkamp, basándose en su corto Alive in Joburg, ahora nos ofrece en formato de largo, y de qué manera.

Precedida de una inteligente campaña de marketing viral Distrito 9, obviando su tercio final de acción propia de videojuego al más puro estilo Gears of War, sin duda alguna lo más flojo de un original e inteligente argumento, plantea por un lado una fábula moral en términos de parábola social, ya no de la situación del apartheid afrikaaner del territorio sudafricano, sino en términos generales de la situación de los distritos marginales de grandes urbes, los ya famosos slums populares para gloria y gracia de Danny Boyle. Pero eso, como promulgar que el argumento es una suerte de Lista de Schindler interplanetaria es más que reduccionista.

El estilo documental del primer tercio, que va cediendo terreno en detrimento de un argumento más convencional en su forma pero no menos original, incide en ese aspecto de realidad, de crítica social, de "verdad", de una reflexión profunda acerca de las diferencias sociales, del racismo y de la alienación imperante. De manera mucho más distinta a lo que en, por ejemplo, Alien Nation (Rockne S. O'Bannon, 1988), se planteaba: una integración social del xenoelemento.

Y no me refiero a "alienación" por el evidente componente extraterrestre, sino a la deshumanización imperante en la película, que ese falso corte documental remarca de manera descarnada. Lejos de los spots publicitarios que Verhoeven manejase hábilmente en su Starship Troopers o con anterioridad en Robocop, aquí la ironía se torna fiel reflejo de la realidad que en el film se refleja: alarma social, revueltas, control militarizado... Algo que, criaturas del espacio exterior a un lado, vemos diariamente en las noticias del mediodía.

Según transcurre el metraje la historia transcurre entre esa crítica social y la disyuntiva del protagonista del film, fiel funcionario de la gran corporación ávida de beneficios (en toda guerra siempre hay quien se enriquece) que por designios del destino ve su situación abocada al desastre. Entre dos mundos y repudiado por ambos, sus esquemas preconcebidos comienzan a tambalearse hasta desmoronarse del todo. La alienación del individuo frente a las convicciones sociales impuestas, la humanización del mismo al encontrarse con su lado "alienígena", fina ironía que el director logra a través de la dolorosa y realista interpretación de Sharlto Copley, productor asimismo del film. Unos alcanzando su humanización al "alienizarse" (la búsqueda de ambos, del humano y del "extraño" es, finalmente, la misma, el regreso al hogar). Otros encontrando su "alienización" al deshumanizarse en la búsqueda del poder, su codicioso objetivo.

La amistad surgida entre éste y Christopher (estupenda criatura insectoide diseñada por la compañía Image Engine), alien que guarda más de un secreto hasta el final (es inevitable pensar en la camaradería de Dennis Quaid con el drac del Enemigo Mio de Wolfgang Petersen), deriva en un abrupto final donde se concentra el grueso de la acción de la historia: explosiones, ingenios extraterrestres envidia del Iron Man más avezado, desintegraciones y decapitaciones sangrientas dignas del shooter videojueguil más salvaje (incluso la estética de los paramilitares de la corporación hace pensar más de una vez en el Marcus Fenix de Gears...), desembocando en una resolución a medio camino entre el happy end y la media reflexión, que sabe a bien poco en comparación con el resto del estupendo trabajo de Blomkamp, un realizador al que precede su prestigio como publicista pero que habrá que seguir muy de cerca en los años venideros.

Una interesante mirada social con toques de scifi que desde luego recomiendo encarecidamente. Eso sí, los 104 minutos del metraje se os harán muy muy cortos.

Pedro García